Capítulo VI

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-¿Papi?- Pregunta tembloroso él niño girándose para ver a su padre parado en la puerta.

-Sí, hijo. Soy yo- Dice con voz rota cayendo de rodillas ante la imagen frente a él.

Si bien Hermione le mostro algunas fotos durante algunas de sus visitas semanales, por lo que sabía que su hijo se le parecía, jamás imagino hasta que punto. El niño frente a él aun conservaba un poco de su grasa de bebe, por lo que tenía la cara un poco redondeada, pero al ser un poco alto para su edad, era flaquito. Su pelo era fino y de un rubio casi irreal, con algunas hondas heredadas de su madre. Y sus ojos eran de un gris claro que sencillamente te hipnotizaban.

Hermione pudo jurar que vio el momento exacto en el que su hijo que apenas tenía dos años y medio envolvía en su pequeño meñique a su padre. Entonces el niño se baja de la silla y camina con paso dudoso hacia su padre que se encontraba arrodillado en la puerta de la cocina.

-¿Papi?- Vuelve a preguntar, y Draco solo puede asentir ya que el nudo que se le había formado en la garganta no lo dejaba hablar.

Hermione contuvo el aliento cuando vio que su hijo levanto su manito, entonces la apoya sobre una de las mejillas de Draco acariciándolo. El joven posa su mano sobre la manita que su hijo tenía en su mejilla y extiende el otro brazo para envolver la pequeña cintura y atraer al niño hacia él.

-¡¡¡Papi!!!- Grita Scorpius abrazando el cuello de su padre y enterrando su cara en el hueco de su hombro.

-Hijo- Gime Draco envolviendo con sus brazos el pequeño cuerpecito de su bebe.

Hermione no podía contener las lágrimas que corrían libre por sus mejillas al contemplar la escena que tenía enfrente. Ese abrazo era tan sentido y lleno de emoción que sencillamente no podía no conmoverse. Draco sintió como algunas lágrimas le rodaban por las mejillas pero no le importo. Por Merlín!!! Después de tanto esperar finalmente conocía a su hijo. Después de lo que parecieron horas o minutos Draco se separo un poco, queriendo volver a ver la cara de su niño.

-Shh, campeón no llores- Le pide al ver que la pequeña carita de Scorpius estaba bañada en lagrimas.

-Yo te tanaba muto papi- Le dice entre sollozos haciendo que los corazones de los dos adultos presentes se apreté de dolor -Yo quelia que vovelas-

-Yo también quería volver Scorpius- Le dice él limpiándole un poco las lágrimas -Pero te prometo que nunca más me volveré a ir-

Scorpius solo asiente limpiándose los ojos llenos de nuevas lágrimas. Tomándolo en brazos Draco se acerca hacia donde estaba Hermione. Si bien se sintió un poco raro tener a su hijo en sus brazos y un poco de miedo de hacerlo mal, la sensación de paz que lo recorrió fue casi abrumadora. Hermione también tenía lágrimas corriendo por su cara, por lo que él le limpio un poco para luego a poyar su frente en la de ella.

Así se quedaron otro rato, con Scorpius apoyando la cabeza en el hombro de su padre y Draco apoyado la suya en Hermione, mientras la rodeaba con el otro brazo. Solo se separaron cuando ella escucha el sonido del estomago de él pidiendo por un poco de alimento.

-Vengan- Les dice caminando hacia la mesada para llenarle una taza de café y pasársela.

Draco la acepta en silencio y se dirige hacia la mesa para dejarla ahí un momento mientras se sentaba acomodando a su hijo en su falda. Hermione, mientras tanto, tomo la olvidada mamadera de su hijo y la fue a limpiar para volver a llenarla con leche hasta la mitad, ya que el goloso de su hijo no se llenaba con un solo biberón. Una vez que le pasa la leche a su nene se sienta frente a Draco y toma un poco de su tasa de café.

Nosotros también tendremos nuestra historia de amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora