Capítulo III

4.5K 246 23
                                    


Hermione no podía creer que el mes se le haya pasado tan rápido. Pues desde que todo comenzó no veía la hora de llegar hasta este momento y ahora todo el tiempo que paso le pareció un pestañeo. Desde esa noche en que se fue enojada de la madriguera solo ha visto a sus amigos una sola veces. La cual pensó que se habían juntado para que ellos se disculparan por su comportamiento, pero resulta que ellos solo querían saber cómo es eso de que ha estado visitando a Draco una vez a la semana desde hace tres años y jamás les dijo nada, o que les explicara cómo era posible que siquiera piense en volver a verlo después que él quede libre.

Todo lo cual cabreo más a la joven, haciendo que todo finalmente estalla después de tres largo años de tensión y el famoso trió dorado del mundo mágico se dejara de hablar hasta que alguno de ellos diera alguna disculpa.

-Hola Draco- Saluda Hermione como todo los jueves al llegar a la celda del rubio.

-¿Hermione? ¿Qué haces aquí? Creí que te vería el sábado en la tardé- Le dice confundido el joven, pues en solo tres días seria libre y con ella habían quedado en que se verían ese día cuando el cruce de una vez por toda las puestas de ese horrendo lugar -¿A caso le paso algo a Scorpius o a ti?-

-No, tranquilo nosotros estamos bien. Scorpius está con mi madre en casa- Le dice ella para tranquilizarlo, lo cual era cierto, su hijo se había quedado muy entretenido con su abuela -Vine porque quería darte una sorpresa-

-Pues sí que es una sorpresa, y una muy linda por cierto- Le dice haciéndola sonreír -Yo ya creía que no te vería hasta el sábado-

-En ese caso me alegro haberte sorprendido- Le dice sonriendo amplia mente antes de fundir sus labios juntos.

-Merlín, no puedo creer que estés aquí- Dice el luego de separarse -Estos son los momentos más duros, cuando ya casi puedo saborear la libertad pero aun sigo encerrado entre estas cuatro paredes-

-Lo sé amor, por eso estoy aquí- Le dice ella acariciándole la mejilla -Hemos esperado tanto y sin embargo nos parece que no podemos esperas tres simples días más-

-Es verdad- Sonríe él -Hace un mes me pareció que sería el mes más largo de mi vida y sin embargo aquí estoy, a solo tres día de comenzar mi vida-

Después de unos besos más, ambos hablaron por un rato de todo y de nada al mismo tiempo. Ambos sintiendo sus corazones mucho más ligero que hacía tres años, cuando el tiempo que faltaba les parecía enorme. Draco no dejaba de decirle cuanto la amaba por haber soportado todo ese tiempo junto a él y que la recompensaría toda la vida.

-La única recompensa que necesito es que estemos juntos por siempre- Le dice ella con un nudo en la garganta -Ya verás como seremos felices los tres juntos a partir de que salgas de aquí-

-Scorpius ¿Cómo ha estado nuestro campeón?- Pregunta con una sonrisa enorme en los labios -Debe estar enorme-

-Hoo si, esta enorme- Le dice ella suspirando -Ya lo veras, tiene tus ojos y una sonrisa traviesa que te hace imposible retarlo-

-Ya quiero tenerlo entre mis brazos- Dice simplemente Draco -¿Le has dicho que papa pronto volverá?-

-No- Le dice haciendo que Draco frunza es ceño -El es muy chiquito para entender este tipo de cosas. Si le hubiese dicho que pronto volverías no pararía de preguntar cuando llegarías y lo más probable es que le agarre ansiedad al ver que el tiempo pasa y tú no llegas. Esta noche le diré que volverás, entonces solo tiene que esperar dos días y no tendrá tiempo de ponerse nervioso o estresarse-

-Tienes razón- Concede él, imaginando que su niño estaría emocionado de verlo -¿Crees que le gustara que entre en su vida así de improviso?-

-Eres su padre Draco- Le dice ella como si eso lo explicara todo, y en cierta medida lo hacía, para la castaña -El ya te ama aunque no te conozca, hace unos meses mi madre comento que él era demasiado parecido a su padre, Scorpius estuvo todo un mes pavoneándose por la casa orgulloso ante la idea de ser parecido a su papa-

Nosotros también tendremos nuestra historia de amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora