I just wanna tell the world that you're mine.

Capítulo 1

Capítulo I

Sumisa entre pensamientos y mirada perdida. Era yo luchando por el mundo lleno de retos y desafíos que vivir, jamás había pensando en eso.
Como sobrevivir ante un mundo así?

Personas que no encuentran un sentido a su vida, personas felices, personas tristes, personas pobres, personas ricas, personas sin saber que es amor..

| First Look |

Mis pies iban mane obrando por la calle transitada Wenbwud, mis manos se encontraban agarrando mi mochila que colgaba en mi espalda recta, y mi rostro observaba la preparatoria Rosemarie.
Annie, se encontraba en la puerta, saludando hacia mi como cada mañana, ella me saludo con un cálido beso en la mejilla, ambas entramos mientras saludábamos a personas que conocíamos, no éramos populares pero sí éramos sociales, todas las miradas se dirigían hacia la entrada, yo caminaba en línea recta hasta el salón de informática, grupos de chicas cuchicheaban entre ellas mientras las miradas iban hacia la ya nombrada, puerta de la entrada. Me detuve al compás de Annie, vimos venir hacia nosotras a dos de mis amigas Paloma y Edna con un rostro emocionado, o al menos eso parecía.

-Qué ocurre? -pregunté confundida ante la mirada de todos.
-Acaba de ingresar un chico nuevo y no es por nada pero esta buenísimo. -confesó Edna emocionada con su rostro enrojecido.
-Edna! -la miré fulminante ante su expresión de "buenísimo"
-Qué? -respondió ella.
-Bueno, Quién es? -intervino Annie.

Sentí que me vibró algo en el pantalón, saqué mi celular, efectivamente me llegó un mensaje de mi madre avisando que no pasaría por mi hoy, tendría que irme caminando.
Al levantar mi mirada, vi a un chico caminando hacia nuestra dirección acaparando cada mirada de todos.

Él, era alto, muy alto, ojos verdes con marrón, cabello ondulado, cutis perfecta, labios carnosos, prendas de marca y mocasines negros. Su mirada era muy profunda, no era una mirada común, no era una mirada mostrando felicidad, al contrario, era una mirada triste y llena de sufrimiento.

-Es él? -lo miré percatando que era atractivo pero algo extraño había en él.

Ellas asintieron con la cabeza mientras lo miraban.

-Me comentaron que lo expulsaron de su anterior escuela porque incendió el pasto, él es un chico rebelde. -comentó Pamela.
-No es de fiar. -susurró Edna, mientras observábamos que pasaba a un lado de nosotras, yo la miré confundida, ella hizo una mueca.
- Qué? Eso dicen.
-No es su primer día aquí y ya lo tachan de rebelde. No creo que sea tan malo. -dije y ellas sólo me miraron.
-Amiga bromeas? -preguntó incrédula Pamela.
-Es más.. Apuesto a que él no es quién dicen. -dije firme.
-Apoco lo vas a averiguar? -preguntó sorprendida Annie.
-Si. -sonreí.

Caminamos hacia el salón de informática, yo me senté en mi lugar aún lado de Pamela, percaté que aquel chico se encontraba al fondo del salón sentando mientras jugueteaba con sus dedos, él sintió mi mirada, ya que el me observó durante unos segundos, luego, miró a otro lado.

-Te gustó ese chico? -dijo Pamela al verme observado al chico.
-Qué? -la mire con el ceño fruncido- No!

Ella soltó una risita. El profesor presento al chico, Harry Styles. Se llamaba así, pareciera un nombre artístico cosa que era gracioso. El solo dijo "hola" y se retiró a su lugar. El profesor nos asignó lugares nuevos, esta vez era en parejas. Yo esperaba saber con quien me tocaría esta vez, oh vaya! Me toco con el chico.
El se sentó a mi lado derecho, el no me dirigió ni una mirada, absolutamente nada, ni siquiera la palabra, observe sus muñecas y percaté pequeñas cortadas cicatrizadas, lo miré y el me miró, él tapó sus cicatrices.

-Soy Julieta, puedes decirme July -dije extendiendo mi mano ante él.

Él no la estrecho, yo la retiré disgustada y molesta. El quedó callado durante varios minutos.

-Harry.

Dijo él. Lo mire y el mantenía su mirada al frente.

-Eres nuevo no? -pregunté.
-Si, seguro ya te hablaron de mí. -respondió con un tono molesto.
-Bueno... Si algo.

-Y te dijeron que soy un chico antisocial y raro con ideología diferente.
-Cada quien tiene su forma de ser, cada uno tenemos una ideología diferente, nadie somos iguales.

Él me miró mientras su ceño se mantenía fruncido.