-Jennifer, no puedo creer que ya estés mejor-Decía John acariciando la cabeza de su hija de una forma paternal.
-Ni yo, sólo es que, me siento incomoda, tengo muchas pesadillas sobre una chica que ni siquiera conozco.
John al escuchar eso, le recordó a una vieja conversación que había tenido con su jefe hace un par de años, él le había dicho que su hija podría presentar episodios así, por lo cual, debía tener la custodia de ella y su hermana, para así, esperar el momento adecuado.
-Quizá la viste en algún lado y no lo sabes.-Dijo este levantando se de la orilla de la cama—. Por mientras... deberías seguir descansando, cariño.
—Okay, papá —Dijo Jennifer rodando los ojos.
John al salir del cuarto, pudo sentir un calor en su corazón, ella jamás le había dicho Papá, ni siquiera papi. Más que John o su apellido. El simple hecho de recordar a su jefe, le hacía sentir, una terrible persona, un monstruo en carne propia, ni esas cosas que el pueblo cazaba, se comparaban con él.
¿Quién aceptaría matar a su hija sólo por venganza? Quizá sólo Él. Pero, no podía hacer nada más.
Mientras tanto, Splendor tenia en cuenta su teoría junto con Jeff desde que lo capturo cuando quería matar aquella familia, quien por cierto, terminaron darselos a Jack. Lo que ellos ya tenian en mente, era que Slenderman habría hecho un pacto con Zalgo o algo parecido sobre Alice.
Eso si lo tenian muy claro. Desde que Jennifer había despertado con fragmentos de la memoria pasada de Alice, sospechaban que alguien o algo ya llebaba tiempo intentando traerla de regreso y, ¿quién era uno de los que lo podían lograr? Más que Slenderman.
Jeff se quedaba en la recamara de Jennifer junto con Jack, apesar de lo incomodo que era, después de lo él le había dicho sobre si la quería. Por lo que sólo permanecía en silencio y hablaba cuando se necesitara. Jeff se daba cuenta que su amigo se abstenia de matar desde que ella había llegado, no porque quisiera a Jennifer, sólo quería lo que ella tenia adentro.
Seguro esperaba el momento en que Alice saliera para matarla y quedars con sus "riñones", para él era como un desperdicio, pensaba en hacerla como Nina o, decirle a Splendor que la hiciera olvidar todo lo que había sucedido. Lo que posiblemente era lo más efectivo.
Pero cuando no estaba Jack, aprovechaba para investigar lo que pasaba. Levantaba las mangas de sus suetérs y veía marcas extrañas, como si de niña le hubieran pasado la bicicleta encima. También al buscar entre sus cosas, noto que no tenia fotos con su papá, ni una.
Y lo que era más grave aún. Su madre, era la misma que la de Alice. Ahora todo tenia sentido. Tomo una de esas fotos y salio por la ventana de su recamara, camino a ver a Splendorman para contarle lo que pasaba y lo que había descubierto, pero era tan grande la emoción del momento, que se olvido de cerrar la ventana, con ella adentro, sola.
En el muro, trepaba una cosa pegajosa, como si fuera una araña, pero peor y con mas patas. Al entrar a su cuarto, la criatura crecio, convirtiendo se en algo parecido a un Wendigo pero de un color negro total y sin ojos, quien se acercaba a ella con sus garras. Jennifer desperto poco a poco hasta notar a la criatura. Dio un grito y empezo a lanzarle todo lo que tenia en su cama hasta cubrirla con su manta para poder bajar las escaleras y buscar la manera de salir de casa.
En cuanto piso las escaleras, aquella cosa fue tras ella, haciendo que cayera por las escaleras hasta quedar boca arriba al final, viendo como aquella cosa trepaba por la pared y rugia como un oso. Hasta que llego su padre, quien al encontrarse cara a cara con la cosa, esta se fue por el mismo lugar donde entro.
-¿¡Qué mierda fue eso!?-Gritaba Jennifer, quien aún estaba en el suelo.
-No lo sé, quedate aquí, llamaré al doctor para que te revise-Dice tomando sus llaves pero su hija lo detiene.
-Estarás pendejo, yo aquí no me quedo-Le arrebato las llaves- Iré contigo.
John se puso molesto por la idea de llevarla con él, ni siquiera iba a buscar al doctor, iba a ver a esa cosa para que se detuviera, sabia bien para que la había mandado. Hacer el trabajo que él no haría.
