no es un Si, pero tampoco un No

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La lluvia no es mala, a menos que así tú quieras verla...

Fénix era por el nombre que ahora se conocía a la Reserva, había surgido de entre las cenizas, alzándose con más fuerza y poder, por extraño que pareció (y parecía todavía) los humos que vivían cerca de ahí, que por años se negaron en venderles sus tierras, después de aquella masacre habían firmado cualquier papel que les presentasen.

Tal vez era la culpa que los comía por dentro, el haberles negado sus tierras y al mismo tiempo más espacio para construir seguridad... Era más que obvio y aceptable que se sintieran tan mal.

Después de La Gran Masacre, donde se perdieron bastantes vidas, muchos habían decidido irse a Nuevo Hogar (Isla donde Demmon paso un año), un ejemplo fueron Slade y Trisha, quienes al perder a su primer hijo no podían si quiera imaginarse un mundo sin él, pero por August debían seguir avanzando. Greco, su nieto, decidió quedarse junto a la humana Magali, el niño le tenía mucho aprecio y ellos no tuvieron el corazón para arrebatarle más de lo que ya se le había sido arrebatado.

Kuzimu se había dedicado en entrenar a los Nuevas Especies y Voraces, su forma de pelea al principio había desequilibrado a todos, pero nadie se dio por rendido. Torrent, quien lamentablemente había perdido a Dysis en la batalla, fue el primero en lograr derribar al Lobo Negro. Él no dejaría que nadie más fuera más fuerte que él, tenía que defender a su hija. Daría todo por ella.

Altas, bajas. Siempre es eso lo que hay en la vida, pero en ese lugar ahora nuevo no parecía haber problemas, o eso era lo que todos deseaban.

Pero no todo estaba bien... al menos Lluvia no lo veía así. ¿Dónde estaba Roman? Día con día, noche tras noche, su cerebro no dejaba de hacerse la misma pregunta. Su corazón rompiéndose con el pasar de los meses, el no saber de su paradero, su condición... la estaba matando.

¿Por qué tuvo que haber firmado ese feo contrato? Solo a ella se le ocurría, pero es que en aquel entonces no tenía opción...

- ¿Lluvia? –la voz de su hermana sonó tras la puerta de su ahora recamara, soltó un suspiro y cerro la tapa de su computador, se levanto de su cama.

- ¿Sí? –pregunto al abrir la puerta. – ¿Qué ocurre?

- Papá quiere que vengas a ver unos papeles de las nuevas finanzas.

- Ya voy. –soltó un suspiro. –A veces extraño a Selina.

- Cállate, ella está ahora con su macho. –se rio Nuria, su hermana había cambiado mucho desde que tenía a Brass como compañero y mas al estar embarazada de unos cuatro meses.

- Todas con novio y yo soltera. –se llevo la mano al pecho con dramatismo. –Ya casi ando en los treinta, moriré sin marido.

- Eres una dramática. –mascullo Nuria llevándose las manos al vientre, sonriendo tontamente. –Si, Gabbo, tu tía es muy estúpida.

- ¡Oye! No le digas eso de mí.

Ambas se rieron, pero cuando ambas tocaron ese vientre abultado, que tras guardaba a un pecho nueva especie que portaría el nombre de un hombre que tanto amaron... la risa seso, y solo una nostálgica sonrisa adorno su rostro. No podían evitarlo, extrañaban a su tío Gabriel.

Salieron del edificio, topándose con una de las menos sociales del lugar. Había sido rescatada dos semanas antes de que la gran tragedia sucediera, pero aun así ella no dejaba que nadie la tocase. Hombres, mujeres, especies, voraces... a todos les gruñía, de todos corría. Por el color de sus ojos, un azul claro y puro, Jessie decidió ponerle el nombre de Heaven.

Roman (Nuevas Especies 10)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora