Esa era yo, una chica del montón. Nunca había destacado por encima de las demás, pero no me quejaba de mi vida, estaba integrada. Pero todo eso cambió cuando nos mudamos a otra ciudad. Todo eso fue a peor. La gente me miraba mal, era la nueva, la rara, la diferente. Siempre se metían conmigo. Eso a mi me destrozaba. Pues claro, a quien no le duele estar apartado, desplazado de todos los que te rodean. Pasó tiempo, y empecé el instituto. Tenía miedo, mucho miedo, porque ahí la gente es más grande, lo que significa que en la mayoría de los casos también es mas cruel. Pero no, cuando llegué allí, me integré bastante bien con todos, no era la más popular, porque nunca lo fui, pero me iba salvando de estar sola.
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En un suspiro
Teen FictionCuando menos te lo esperas, llega alguien que te hace perder los cinco sentidos, o incluso, el sexto...