Capítulo 5: Disculpas

8 0 0
                                    

-Emm, ¿esto es una disculpa, o vas a seguir burlándote de mi? Porque si tienes algún problema con mi humor, ahí está la puerta y abajo mi madre, por si es más maja y te lo pasas mejor con ella.

----------------------------------

-Tía, sabes que eso no es cierto... No seas así, era una broma... 

-¿Que no sea cómo? Es que Yaiza, siempre hacéis lo mismo, siempre os metéis conmigo y me jode tía, que quieres que le haga.

-Joder Mar, lo siento, ¿vale?  No era nuestra intención que te enfadaras, solo queríamos hacer que se te quite la cara de muerto que llevas hoy, pero veo que ahora estás peor... Así que bueno, no ha servido de mucho...

-¿Cara de perro? Si estoy con esta cara es porque hoy he tenido un día horrible. Primero, llego tarde, me pongo a correr y la gente me mira mal, y para rematar me choco con el nuevo. Después, llego a casa y mi madre no me quiere comprar ni un asquerosos boli hasta que no recoja, porque no le da la gana, y para colmo las bromitas que os gastáis entre tu y mi madre. ¡Estoy harta de este día ya!

-Martina...¿ No crees que eres un poco melodramática? ¡Oyeeee! ¿¡Cómo que te has chocado con el nuevo!? Ya me estás contando lo que ha pasado. Osea, YA.

-Jajajaja! tía, tu escuchas lo que te interesa, eh... A ver, cuando os he dicho que me iba ya, que llegaba tarde a clase, me he puesto a correr porque veía que no llegaba, y de golpe me choco con alguien y me caigo al suelo. Levanto la cabeza y estaba él con la mano extendida para ayudarme a levantarme. Me ha dicho: lo siento, no queria hacerte daño, blablabla, y se ha presentado y, bueno, yo también, y nos hemos ido a clase porque llegábamos tarde, y la profesora nos ha sentado juntos, pero no hemos hablado mucho ni nada.

-Joder tía, anda que cuentas las cosas, ¡eh! Y que, tiene la voz sexy, ¿no? Tiene cara de tener voz sexy... Y unos ojos que buf, ¡alucinantes!

-Yai, yo de ti no me fliparía mucho, ¡es mío! 

-¡Anda! La señorita posesiva que ya se ha pedido al tío bueno y no deja que nadie más lo disfrute...

-Tía, no es eso... jajaja! Yo solo te advierto que algún día será mío...

Bueno, nos hemos pasado la tarde hablando, y como siempre, cantando y bailando. Sobre las nueve y media ha llegado su madre a buscarla, así que nos hemos despedido. Subo a mi habitación y me pongo el pijama, así estoy más comoda. ¡Mierda, los deberes!  

En un suspiroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora