Capítulo 4: Compinchadas

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-Bueno Yai, voy a ordenar en un momento todo, ya sabes, cómo si estuvieras en tu casa. Coge y haz lo que quieras. ¡Ya vengo!

-¡Okei!

Buffff... menudo desastre tenemos aquí... Creo que hasta un establo está más limpio que esto... Voy a poner música, así me entretengo. Pongo Counting stars, de One republic, y me pongo a bailar y a cantar mientras recojo. Es una de mis canciones favoritas.

Al cabo de unos veinte minutos, solo me queda hacer la cama. Tiro todos los cojines al suelo y estiro las sábanas. Cuándo ya están bien puestas, coloco todos los cojines en su sitio de siempre. Ya he perdido la cuenta de los peluches que tengo, ¡más de quince hay seguro!... Me encanta dormir abrazada a mis muñecos, es como si me sintiera protegida, más segura con ellos. 

-¡Martina, ya está la comida!

-¡Maaar, tía, ven ya! O me lo como yo eh!

Me había entretenido con mi diario y nisiquiera me he dado cuenta de la hora. Al fin está la comida. Bajo las escaleras y voy para la cocina. ¡Bieen, ha hecho raviolis! ¡Me encanta esa comida!

-Oh, mami, te quiero. ¡Que rico está!

-A ti la palabra "interesada" no te dice nada, ¿no, cariño?

-¡Mar, hasta tu madre te vacila! jajaajaj

-¿Me dejáis comer en paz o que? 

-¡Cuidado! ¡Que nos come!

Jolín. Me he enfadado. Me ha sentado fatal que me digan eso. Mi mejor amiga y mi madre compinchadas contra mi. Siempre hacen igual.

Como rápido y me levanto de la mesa. Cojo el plato y lo llevo a la cocina. Lo enjuago un poco y lo meto en el lavavajillas. Me voy rápido a mi habitación, "caminando fuerte", para que noten que estoy enfadada.

Al rato viene Yaiza, supongo que a disculparse. No se como lo hace, pero siempre consigue que la perdone. Pero esta vez voy a hacerme la difícil, que me suplique hasta de rodillas.

-Mar, estábamos de coña... Sabes como es tu madre, y como soy yo. Le sigo el juego a todo el mundo, pero no te lo tomes a mal, tía, no ha sido con mala intención... Queríamos divertirnos un rato, y cuando tu tienes este humor, ¡no se puede dejar pasar la oportunidad! 

-Emm, ¿esto es una disculpa, o vas a seguir burlándote de mi? Porque si tienes algún problema con mi humor, ahí está la puerta y abajo mi madre, por si es más maja y te lo pasas mejor con ella.

En un suspiroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora