Visto con otros ojos -Tate Langdon y Tú-

Capítulo 1 "Otro cigarro"

Domingo, 10:42 am

Me desperté por los gritos de mi padre y me acomodé en la cama mientras me estiraba y trataba de escuchar con quien hablaba. Solo pude oír como mencionaba a mi madre.

Cuando cumplí los 12 años mi madre desapareció de repente. Al llegar a casa, sus cosas ya no estaban y nunca más se puso en contacto conmigo. Mi padre siempre hablaba de ella como su hubiese muerto pues por lo poco que pude descubrir, tuvo un romance y se marchó.
Años después me enteré de que aquella relación terminó mal a los pocos meses pero ella no quería saber nada de mí. Solo discutía por teléfono con mi madre para debatir mi custodia, que al final se quedó mi padre... Aunque tampoco me quisiese con él.

Me fregué los ojos y me levanté de la cama para ducharme. Entré en el cuarto de baño, abrí la llave del agua caliente y mientras esperaba que se templase el agua me despojé de mi pijama y lo dejé en la cesta de la ropa sucia. Toqué con mi mano izquierda el agua y aún no estaba bastante caliente, así que decidí hacer mi cama.

Al rato me introduje en la ducha y mientras las gotas de agua caliente se deslizaban por mi piel desnuda me lavaba el cabello.

Poco después, salí de la ducha y me envolví el cuerpo con un toallón mientras que enredaba mi cabello mojado en una toalla.
Me sequé para después ponerme crema corporal y me desprendí del toallón y de la toalla, dejándolas en su sitio. Salí del cuarto de baño y me dirigí a mi habitación, disponiéndome a buscar en mi armario. Al final me decanté por una camiseta de seda de color negro junto con unas mallas negras y unas zapatillas del mismo color.

Iba bastante abrigada para ser el comienzo del verano pero no quería que se viesen las cicatrices de los cortes que había por mi cuerpo, sobre todo en mis brazos.

Antes de empezar a llorar por recordar mi desastrosa vida, decidí salir al balcón y respirar un poco de aire puro para aliviar me y contaminar mis pulmones con el humo del cigarrillo. Aquello me relajaba y aunque mi padre no lo sabía, nunca me había descubierto.

Me dirigí al balcon y salí aunque estaba totalmente despeinada
Coloqué un cigarrillo en mi boca para después acercar el mechero y encenderlo. Guardé el mechero en el primer cajón de mi mesa de noche y entrecerré la puerta del balcón para que el olor no entrase en la habitación.

Me senté en el suelo para que los vecinos no pudiesen verme y cerré los ojos mientras expulsan a él humo del cigarrillo.

...

Entré a la habitación y me puse perfume tras lavarme los dientes para que mi padre no notase el olor.

Salí del cuarto y tras bajar las escaleras vi a mi padre en la entrada. Se encontraba estático mientras miraba a un punto infijo del suelo.

-Tú ma... - titubeó mientras se acercaba a mí lentamente con el móvil en su mano-Tu madre... Ha...

Desde hace años no reconocía a mi madre biológica como si lo fuese. No había actuado nunca como una madre y a pesar de que mi padre tampoco fuese el mejor del mundo, al menos él no me había abandonado.

-Tu madre ha muerto-sollozó mientras me miraba.