Capítulo 3 "Constance"

1.6K 122 30
                                    

Llamaron al timbre de la casa y me dirigí un poco extrañada a la entrada, ya que no tenían que traer más muebles ni nada por el estilo.

Abrí la puerta lentamente y vi a una señora con el cabello rubio y arreglada. Esta me miró con una sonrisa cínica y me saludó con elegancia y sofisticación.

-¿Puedo ayudarla en alg...

-No me lo puedo creer-dijo interrumpiéndome-pero qué ven mis ojos-dijo observándome con detenimiento.

Miré extrañada a aquella señora pero me mantuve callada, ya que su rostro me sonaba de algo.
Puede ser que conociese a mi madre pues aunque no tenía muchos recuerdos de mi infancia había estado aquí más años que con mi padre.

-¿Eres _______, verdad? - preguntó mientras se acercaba a mí.

Asentí extrañada e hipnotizada por los movimientos que realizaba aquella señora tan peculiar, ni le presté atención a que había entrado en casa.

-Disculpé... - dije tratando de echarla.

-¿No te acuerdas de mí? - preguntó caminando lentamente por la entrada mientras acariciaba sus manos con delicadeza-Bueno, es normal que no lo hagas, eras tan pequeña en aquellos tiempos-dijo soltando una pequeña risa.

-Disculpe, señora. ¿Pero, quién es usted? - pregunté confusa, haciendo que aquella mujer dejase de caminar y me mirase.

-Soy yo, Constante, tu vecina de al lado-dijo con una sonrisa-Tate se va a poner muy contento cuando sepa que has vuelto

En aquel momento me quedé confundida pues recordaba aquellos nombres y me sonaba la mujer que se encontraba en frente de mí pero no lograba vislumbrar porqué parecía que me tenía cariño.

-Lamento lo de tu madre, querida - dijo acercándose a mí mientras cogía mis manos con fuerza-perder a los que queremos siempre es dijo soltándome.

Aquella mujer se comportaba de forma misteriosa y aquellas nimiedades comenzaron a traerme recuerdos a la mente y parecía ser bastante entrometida.

-¿Qué haréis con la casa? ¿Te quedarás? ¿Se venderá? - preguntaba mientras se acercaba a la puerta.

-Disculpe, señora...

-Langdon-dijo girándose para mirarme-Constance Langdon

-Señora Langdon, tengo muchas cosas que hacer - dijo intentando que se marchase-agradezco su visita pero si no le importa, he de ocuparme de algunas cosas

-Está bien, querida. No te preocupes-dijo cogiendo una cesta de la entrada-toma, se me olvidaba

Constance me dio una cesta com algunos obsequios y se marchó lentamente con una sonrisa.

-Saluda a tu padre de mi parte-dijo neutra mientras se dirigía a su casa.

Me asomé levemente y observé la enorme casa que había al lado. No me había percatado hasta ahora de su inmensidad pero recordé que para muchos esa cara era horrible pues tenía muchas leyendas. Aunque había pasado pocas veces y experimentaba sensaciones espeluznantes, nunca ocurrió nada extraño a parte del comportamiento de aquella mujer y su sirvienta.

¿Pero, quién era Tate?

Tras cerrar la puerta, dejé la cesta en la mesa de la cocina y fui a la que en un pasado fue mi habitación.
Estaba casi vacía y solo habían algunos discos, libros y ropa antigua.

Visto con otros ojos -Tate Langdon y Tú-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora