Nos abrazamos las tres sobre mi cama llorando sin poder parar, quién lo iba a decir, nosotras lo habíamos conseguido seguramente las tres personas que todo el mundo pensaría que nunca lo harían. Cojo mi móvil y llamó a todo el mundo que puedo que actualmente este despierto por que son las 4 de la mañana, se nos había pasado la noche entera y no nos ni enterado de la maldita emoción. Miro mi portátil:
-Chicas el concierto es unos días a unos días me refiero a tres literalmente así que mañana tendremos que comprar clos billetes e iremos el día anterior -digo mirando vuelos baratos.
-Me parece bien - dice Maria cogiendo
el móvil mirando también algún hotel barato para estos días.-Chicas escucharme - Miro a Andrea a la vez que Maria - entonces tenemos que hacer la maleta ya.
Voy a la habitación libre donde guardamos las cosas que no entran en el trastero cogiendo tres maletas enormes, cuando llego a la habitación veo a Andrea y a María pegándose y gritando. Intento separarlas como puedo poniendo la escoba entre ellas:
-¡Estaros quietas! - grito poniendo a las dos firmes de solo esas dos palabras - Os vuelvo a ver pegandoos y os juro por lo mas sagrado del mundo que en vez de separaros con la escoba os pego con ella.
-Bueno vale - dice Maria cogiendo sus pantalones vaqueros azules claro.
-Muy bien chi... Andrea, ¿que haces medio llorando? - toco su hombro con preocupación.
-¡No tengo nada que ponerme! ¡Shawn que pensará de mi si llevo tan poco! - Dice señalando una montaña de mas de 60 prendas de ropa. Me giro hacia ella levantando una ceja.
-Claro... Nada que ponerte... - Acarició su cabeza - Venga ya paso...
Tras estar mas de 2 horas y media eligiendo ropa que seguramente no pondríamos ninguna de las tres, empezamos a ponernos la ropa que nos queda fuera de la maleta y del armario.
Maria coge una camiseta azul con una sudadera gris ancha y un vaquero normal de color claro.
Andrea tras 500 quejas por la ropa que lleva dentro de la maleta, elige ponerse un short vaquero azul con una blusa negra con una chaqueta larga militar.
Yo como soy básica cojo mi vaquero negro roto con una sudadera y una camiseta negra poniéndome una gorra hacia atrás también de color negro.
Nos quedan tres horas para coger el avión y todavía no hemos imprimido nada, Maria quiere bajar a imprimirlo pero Andrea y yo también haciendo pegarnos metidas atascadas en la puerta de mi habitación gritando:
-¡Quita de en medio culo gordo! ¡Yo me lo pedi antes que tú! - María no va a decir que no.
-¿Perdona, perra? ¡Yo quiero ir! - Andrea tampoco va a ceder pero yo menos que ellas dos juntas.
-¡Yo conseguí las jodidas entradas a si que ire yo!
Conseguimos poniendonos de acuerdo yendo a imprimir las tres juntas haciendo que una se quedase con las maletas, otra imprimiese los meets y otra los billetes del avión. Empezamos a bajar hablando de como sera el viaje en avión, ir a una ciudad distinta, conocer gente nueva... Esta vez será la única vez que podremos vivir esto a si que lo viviremos las tres juntas al máximo, cojo mi maleta llegando al portal cuando veo delante de la puerta a la vecina del quinto llamada Marisa, tiene 48 años y vive rodeada de unos 30 gatos como mínimo. Esa señora nunca nos deja hacer nada cuando nos ponemos ha hacer algo sube a nuestro piso del ático y empieza a picar a la puerta como unas seis veces seguidas pidiendo silencio por que sus gatos no dejan de moverse. María la mira por encima de mi hombro gruñendo y Andrea mira extrañada hacia nosotras dos observando a la loca de Marisa: