Epílogo

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"El trato es el siguiente, no importa que tanto te tardes, o que tanto te cueste, harás que mi hermano recupere y sea feliz, a cambio te liberare Del trato qué forjaste años atrás con nuestros ansestros, ganandote tu libertad para que puedas poseer el cuerpo qué desees y hacer lo que desees con tu poder ."

—¡Idiota! — gritaba histérico por toda la mansión, sin encontrar rastro alguno del demonio.

—¡No seas cobarde, ven y dímelo a la cara!.— lanzaba todo, estaba furioso, frustrado, dolido y sobre todo quebrado.

Las lágrimas no tardaron en descender por sus mejillas, su nariz se tornó un poco rojiza, su cabello estaba alborotado, las personas que trabajaban en aquella casa corrían, con miedo a toparse con el castaño.

Salió al jardín trasero, viendo un sinfín de flores, todas de un color celeste, haciendo que Gleeful sintiera un nudo en el estómago.

Deseaba con todo su ser ver arder aquellas flores, pues le recordaban al peliazul.

Su delicadeza, su dulzura, todo, absolutamente todo, y eso le destrozaba.

Pero ahora no podía darse tal lujo, puesto que había perdido sus poderes.

Camino por el sendero de piedra qué estaba posicionado al centro del jardín. Caminó y caminó.

—Ven... Ven... — murmuraba.

Estaba llorando, algo muy raro a su parecer, el no lloró el funeral de sus padres tras sufrir un accidente aéreo.

No lloró cuando su tío abuelo les abandono con la mitad de la herencia multimillonaria que dejaron sus padres.

No lloró por la muerte de su hermana, a pesar de que él mismo la había causado.

Pero ahora lloraba por un demonio, ¿Qué tan cuerdo podría estar aquel joven?.

Se acercó a una distancia racional, veía con indiferencia aquella estatua de piedra, la cuál era de un ser triangular con unos absurdos y delgados brazos, uno extendido dando a entender que quería tomar la mano de su contrario.

—Ven... Ven estúpido e inútil demonio— se puso de cuclillas frente a este apoyando su rostro en el suelo —¿por qué?— levanto el rostro —¿¡Por qué me abandonaste!?, ¿¡Por que me usaste!?, ¿¡ Por que me hiciste caer en tus hermosas mentiras!?.

Gritaba y reclamaba en contra de la figura de piedra.

—Por un momento...— trago saliva —Me sentí Amado...

Las lágrimas caían en sus manos apoyadas en el pastizal, su manos eran puños, resaltando sus rosados nudillos de la furia que sentía.

—Sentí qué era amar, yo te ame, y te amo... — el cielo se tornó gris.

—Y-yo, yo lo siento tanto s-señor... No era mi intención lastimarte...— Dipper empezó a confundirse, cerro con fuerza sus ojos con miedo a que su voz, su suave vos este ahí, pero el no, que todo era parte De su imaginación.

El pecoso empezó a acercarse al castaño por detrás, se arrodillo detrás de él y le abrazo por la espalda.

—Y-yo... Lo di todo —Dipper se confundió un poco, sintió el agarre de Cipher, giró un poco su rostro viendo su cabello celeste.

Inmediatamente se separó del agarre, sin dignarse a verle .

—¿A que te refieres con eso?— se cruzó de brazos ocultando su rostro con lágrimas secas en sus mejillas.

—Un viejo quería poder, yo necesitaba un cuerpo, le di todo mi poder, a cambio el me dio el cadáver de su difunto hijo.— bajó la cabeza, no sabia cómo Dipper tomaría aquellas.

—¿Por qué?.— volvió a preguntar —¿Por qué harías tal cosa?

El silencio invadió todo, parecía como si el tiempo fuera detenido.

Will se levantó, se posicionó frente a frente con Dipper, le tomo de la mano.

—Por ti.— hizo una pausa y sus mejillas se tornaban rojas. —usted me dio todo, su tristeza, su enojo, su frustración, su amor, su pasión y su felicidad.— dirigió su mirada al Castaño — Creo que debía hacer algo por usted. Así que entregue mi poder, para tener una vida... Una vida a su lado.

Will soltó unas lágrimas, Dipper se sentía torpe, por dudar del amor de aquel peliazul.

Sin más le abrazo, Will correspondió al abrazo.

La promesa segura en pie

Su amor seguirá en pie.

Mientras los colores de su amor permanezcan.

—Te amo Will cipher .

—yo a ti Dipper Gleeful.

Cerraron su encuentro con un beso.

"El Carmesí de su sangre.

El Azul de sus ojos.

El Morado de sus moretones.

El Gris de sus recuerdos.

El Dorado de su promesa.

El Oscuro de sus intenciones.

El Blanco de las suyas.

Son los colores de este retorcido y extraño amor.

Un amor creado a través de la tragedia.

Que durará con el latir de sus corazones.














Que durará con el latir de sus corazones

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