IV. La trampa del Conde

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Al día siguiente en la noche, Seras se vestía para su cita que tendrá con el capitán, ella volteaba para ver el reloj que marcaba las 9 p.m, -Espero cuando llegue al parque el siga ahí-murmuro la de cabellos rubios un poco preocupada. Se ponía unos jeans azules oscuros, combinando con una remera rojiza intensa y terminaba poniéndose unas botas negras, la joven se acercaba a una mesa en donde se encontraba unas dos armas listas y cargadas con sus balas, tenia que estar lista por si aparecía un ghouls .

Mientras en el parque, el castaño estaba sentado en la banca esperando a la draculina que demoraba un poco, -Seguro que no vendrá-susurro el bajando la vista. Se levanta de su asiento, una sombra oscura estaba parada atrás de él, unos ojos rojizos que lo observaban... El Capitán sentía un escalofrió que recorría por su columna, saco su arma y rápidamente voltea hacia atrás –Que raro sentía que había alguien detrás de mi-dijo este asegurándose.

-¡Capitán!-gritaba la joven de cabellos rubios quien llegaba corriendo.-Lo siento por llegar tarde-decía recuperando el oxigeno.

-No importa mignonette- dijo Pip sonriendo.

-Te dije que no me llamaras mas así, me llamo Seras Victoria-dijo la joven vampiresa en tono molesto.

Ambos se empezaron a caminar por las calles de Londres tranquilos y sin que nadie los interrumpiera, -¿Quieres comer algo?-preguntaba Pip burlándose al ver un bar abierto.

-Ah que chistoso ¿no?, sabes que no puedo comer como una humana-le decía Seras molesta.

-Bueno como digas...Y dime mignonette, ¿cuando te puedo robar un beso?-indago el capitán acercándose un poco más, Victoria no podía evitar sonrojarse y retrocedía para tratar de distanciarse un poco del joven.

-Nunca...-responde ella sonrojada. La joven vampiresa podía notar la presencia de alguien, aparta al capitán para si poder ver a esa persona, la gente iba y venia por las calles de Londres, los ruidos del tráfico, pero desde lejos pudo ver a su maestro observándola desde el otro lado de la calle.

-"¿Estas disfrutando de tu cita, Seras Victoria?"-indagaba Alucard en la mente de ella. Eso percato a la chica policía ya que nunca se esperaba que su maestro le preguntara esa clase de cosas.- Digamos que no, maestro...-responde en voz baja.

-¿A quien estas mirando, mignonette?-preguntaba Pip confundido.

-"Y ¿Qué haces por acá maestro?"-preguntaba ella sonriendo de lado cuando lo veía desde el otro lado de la calle.

-"Mi ama me mando a una misión"-contestaba el pelinegro tranquilo. –"Jejej, si quieres ven a ayudarme...Chica policía"-fue lo ultimo que dijo Alucard desapareciendo del lugar.

-Bueno Pip, me voy.-dijo Seras sonriendo.

-¡Que, tan rápido termino la cita!-levantaba la voz el de cabellos castaños, no comprendía. –Tu no te iras, no me dejes solito-decía este haciendo caras de triste.

-Me tengo que ir, hay una misión.-pronuncio ella ignorando los gestos del capitán. –"Hay ghouls en por norte, un edificio abandonado que queda cerca, chica policía"- le hablo su maestro telepáticamente.

-Creo que ya se cual es el edificio abandonado-susurraba ella, Seras Victoria comienza a correr con la dirección hacia el norte. El capitán voltea y ve que se alejaba, - ¡Espera mignonette!-grito siguiéndola.

–"Deja a la chica policía en paz, tonto humano"-le hablaba Alucard por su mente.

-¡No, esta debería ser mí cita con ella y no voy a permitir que un chupa sangre como tú me lo arruine!-contestaba Pip levantando la voz, el joven se había molestado ya que el vampiro le convenció a la draculina.

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