VII. El conde y la Condesa

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"Un conde no puede ser, sin su condesa"

Desde que habían llegado a Inglaterra, Seras volvió a tener un día de descanso y su maestro se encargaría de algunas misiones que le pide su ama, Sir IntegraHellsing. La draculina permanecía durmiendo durante todo el día, PipBernadotte la estaba vigilando pues no quería que ese vampiro pervertido entrara al cuarto, aunque el admitía la derrota por lo menos quería robarle un beso a su mignonete;

-Después que volvimos de la misión, la señora Integra nos felicitó...Pero conmigo se enojó por no haber cumplido con la misión antes-murmuraba este mientras agarraba un cigarro.

-Capital sal de mi cuarto- escucho este en su mente.

-No, Seras no permitiré que ese vampiro pervertido entre a esta habitación-le respondía levantando un poco la voz.

-Él es mi maestro-le hablaba Seras en su mente.

-Si él es tu maestro y novio-musito este en tono burlón. La draculina sale rápido de su ataúd y le aplica una técnica "la llave"; le tira al suelo a Pip quien se quejaba de dolor, no porque ella le estaba haciendo eso sino también porque lo estaba asfixiando con esa técnica, en su mente se preguntaba ¿Por qué estoy enojada?, si lo que dijo Bernadotte era verdad... -Mi maestro es mi novio el mismo me lo demostró aquella vez que se quitó su sombrero.-

-"Además de mi ama, también le hare una reverencia a mi verdadera condesa, a mi amada Seras Victoria"- recordaba esas palabras una y otra vez, en ese día el mismísimo nosferatu se estaba declarando delante de ella, además que se puso celoso por "Simón", que se quería aprovechar de ella bebiendo su sangre y su maestro lo derroto muy simple, no era un enemigo tan poderoso y mucho menos tan temible solo era una escoria más caminando entre los vivos, fue la primera vez que vio ese comportamiento por parte de Alucard, bueno Pip también se había enojado o puesto celoso; para la joven vampiresa era normal que ese mercenario se comportara así ya que él, lo demostraba cada segundo o minuto cuando ese vampiro pervertido aparecía de la nada en el cuarto de Seras.

Mientras tanto en el escritorio de Sir Integra Hellsing; ella se encontraba completamente relajada ya que sus tres soldados como ella diría cumplieron con su misión, aunque se sentía molesta porque PipBernadotte no había cumplido con su misión esta vez, además algo la ponía más alegre que nada, solo que esta vez se trataba de la relación entre su sirviente y su aprendiz; Integra podía notar la mirada de Seras hacia su maestro; siempre esos ojos rojizos brillaban cuando miraban al nosferatu trataba de llamarle la atención, pero ese vampiro era tan ciego que no se daba cuenta de ello, porque él estaba a su lado cuidándola y protegiéndola como de costumbre. Ella recordaba las palabras de Seras Victoria quien fue que le hablaba sobre lo que pensaba de su maestro:

-"Aunque sea mi maestro, yo lo amo... Pero a veces pienso que él está enamorado de usted, Sir Integra, yo solo soy su aprendiz pero usted es su condesa no yo, lo noto por como el la observa y la cuida... Yo deseo tener un hombre así a mi lado"- Ese recuerdo que por la cual ambas habían tenido una pequeña charla respecto a Alucard, ¿Sera verdad? O ¿él quiere estar conmigo?, no pudo evitar contenerse la risa ya que era algo tan absurdo porque ella no podía estar con el conde, no se puede dejar morder por su propio sirviente y además el beso que el mismo le robo había sido apropósito, ese vampiro le gustaba bromear de esa manera cosa que para Integra fue la primera vez y también será la última vez que va suceder eso... Walter llegaba con una taza de té que lo deja arriba de su escritorio.

-Gracias Walter- pronuncio Sir Integra y agarraba la taza.

-Para servirle "my lady"- le dijo Walter haciendo una reverencia.

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