Un accidente lo cambiará todo. El destino de Alexander, un chico huérfano con aspiraciones a tener una gran empresa, y el destino de su ciudad, Detroit, una ciudad caída casi en el abandono y con deseos de revolucionar.
Un inesperado poder que le pe...
Habría muchas maneras de empezar esta historia. Podría empezar explicando que hacía yo corriendo en un edificio a punto de colapsar e inclinándose, con minerales y elementos químicos repartidos por toda la sala.
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O podría contar los secretos de mi entrenamiento, que me salvaron la vida en varias ocasiones.
Pero nah, contaré como (a mi parecer) es la mejor manera de contarla. Y tú, G, sabes más que nadie que esta no es una simple biografía o testimonio.
Así que empezaré por el final. Para que comprendas más o menos cómo fue que acabé en esta situación. Acompáñame en esto.
Semanas después de algunos sucesos de la historia
Continúo mi misión. Aquellas malditas bandas siguen en curso. Tengo que apresurarme o ellos llegarán primero. Me infiltro en una de las Áreas de Operaciones Especiales. No me queda otra que hacerle caso a los polis, metiches.
—Aquí Central G. Cambio.
—Sí, aquí Infiltrado M. Todo en orden. Creo que es hora de empezar la acción.
—Mucho cuidado, Alexander. —Le decía con mucha seriedad el hombre detrás del walkie talkie—Ya te dimos las órdenes y medidas necesarias antes de entrar en combate. Todo está en tus manos. Cambio y fuera.
Ja, si claro. Se están metiendo en algo que yo debería hacer solo. De todos modos, tengo que hacerles caso. Claro, porque sin ellos no estaría aquí. Y pensar que todo por un incidente...
Da igual. Con su ayuda o sin su ayuda, me encargaré de pagar los platos rotos.
—Oye, robotcito en mi cabeza. Dame un análisis de los sujetos más cercanos.
—Sí, Señor Hamilton.
— ¡Ya te dije que no digas mis nombres en voz alta! Tendré que arreglar eso.
—Señor, le envío las coordenadas a su dispositivo L-X.
No confío mucho en esta cosa, pero vamos a probarlo. ¿Desde cuando hablo solo? Bueno, me pongo los lentes, a ver como va.
Botón de Encendido y...listo. Excelente. Veo a los sujetos más cercanos sin ellos verme a mí. Espera, uno viene hacia mi dirección. Se habrá percatado de algo. Debo hacer algo rápido.
Activar Jet Propulsor. Esto hará suficiente ruido como para que venga más deprisa. Espero a unos 2 metros del suelo, y ahí esta el encapuchado, dispuesto a que lo ataquen. Usar factor sorpresa.
Me dejo caer, no sin agarrarlo del cuello y usarlo para amortizar mi caída. Caigo perfectamente. El tipo no se inmuta.
Retrocedo unos pasos. El encapuchado saca su arma. Vaya, al parecer las han mejorado a comparación de la vez anterior.
El A.A.P pasa rápidamente rozándome el cabello. Eso estuvo cerca. El sujeto no duda en recargar y dispararme otra vez. Esto está siendo como la primera vez. Piensa en algo, rápido...
Creo que es hora de usarlo. Me coloco los dispositivos en la mano.
—Ahora tengo, el poder.
Controlo todas las barras de metal a mi alrededor, y las lanzo en dirección al sujeto, al mismo tiempo cubriéndome de sus disparos. Pero los demás ya vienen a por mí. Uso la electricidad de todos los equipos a mi alrededor, y siento elevarme algo del suelo. Mando descargas eléctricas a los que vienen a por mí, escucho gritos y veo más y más tipos acercándose.
Pero algo no va bien. De repente, siento como si un terremoto o un tornado estuviera azotando el lugar. Las paredes y puertas de metal rugen y salen volando. Y el punto de atención... era yo.
Estaba utilizando un poder que no sabía controlar. Y ahora vería sus consecuencias.
—Oh no, no otra vez.
Siento que pierdo la conciencia, y empiezo a vislumbrar una pantalla gigante azulina, que sólo podía ver yo. Esto no era normal, no era real... ¿o sí?
