MERCURY El Destino de Detroit

Capítulo 7: El Héroe del Hospital

Después de una hora, intentando recordar todo lo posible de los sucesos más importantes de toda esta amalgama de circunstancias, echado como estaba en mi cama, anotando en un simple cuaderno con un lápiz, fui revisando bastantes cosas que, aunque me dolía hacerlo, y recordarlo, tenía que escribirlo ahí porque sabía que era importante; lo que me dolía, era poner todos estos sucesos como simplemente sucesos y ya, pero dentro de mí eso iba mucho más allá. Por cada una de estas cosas me nacía un sentimiento, que seguía aún muy caliente en mi interior. Mi plan era mandar todo lo que sabía a la policía, ya que estaba seguro que les serviría mucho para hacer justicia.

Indagando con el dolor aun dentro de mi en mi interior, me di cuenta de que:

-Michael seguía vivo.

Michael, aun después de los 2 balazos que recibió, en la pierna y en el pecho, seguía vivo. Esto fue lo primero que se me vino a la mente cuando empecé a "rebobinar" en el tiempo para encontrar cosas importantes. Y esto, era lo que más dolor me causaba.

Obviamente, lo que más curiosidad me causaba era el por qué nadie, al menos nadie con quien hubiera contactado, me haya mencionado algo de la gran explosión que hubo. Al menos, la policía y el SWAT tiene que haberlo visto. No creo que haya sido una simple alucinación, ¿o sí?

Rebobinando más en los sucesos de la universidad me acordé de

-"El hombre del medio". Me acordaba muy bien de ese momento en el que casi pierdo la vida, y la arriesgué sólo por mi éxtasis al ver con que brutalidad, desprecio, desparpajo y maldad mataron a ese hombre y a varios alumnos, que se encontraban muy cerca de mí, a diestra y siniestra. La sensación fue indescriptible. Me causaba curiosidad ese hombre, sobre todo por el dialogo que, me dejó muy marcado, por la brutalidad del momento:

—¡¿Estás loco?! ¡¿Cómo se te ocurre?! Son sólo jóvenes, sin la culpa de nada. ¡Ellos no tienen nada que ver en todo esto!

—Exactamente, mi querido amigo. Son el blanco perfecto. Para el plan perfecto. Para el crimen perfecto. Un plan al que, lamentablemente, tú no estás invitado.

Muchas veces, solía olvidar muchas cosas, incluso importantes. Desde que tengo uso de razón las olvido. Pero este diálogo, por alguna extraña y sorprendente razón, me quedó grabado. Aún tengo en mi mente la escena, algo distorsionada, pero muy visible: 3 hombres, mirando de frente, hacia mi. Y un hombre, vestido con traje (para variar) dándome la espalda. Y sé que eran 3 hombres porque se veía la silueta de los pies y la sombra de él, aunque el hombre de espaldas lo tapara. Y porque los 2 hombres de negro encapuchados a los costados no tenían la apariencia de estar hablando. Lo que me llama a partir de aquí la atención, ya dejando un poco de lado las emociones, por más fuertes que sean, de lado, es que tramaban en si todos estos hombres. Porque, que habían lados, o bandos, de eso estoy seguro. Eso se nota muy bien en las palabras que dijeron. Si analizamos, el hombre de espaldas, con el traje gris, parecía que no quería meternos a nosotros, los jóvenes universitarios, en "su problema."

Y, si analizamos bien las palabras de el hombre del medio, que estaba del lado de los "terroristas", por llamar de esa manera a los encapuchados; y del que tengo mis fuertes sospechas que era el hombre del sombrero negro, Mr. Donatien, por el excesivo y despampanante parecido de voz con el Donatien que habló en ese momento de la explicación por medio del globo holográfico en la Sala de Meteorología, en la que por cierto, Chad y yo tentamos a nuestra propia vida, ahora que lo pienso; este hombre habló 3 cosas, bueno 4, muy importantes, que podemos relacionar muy bien, en una sóla frase:

-Son el blanco perfecto: Habló de nosotros como si fuéramos el conejillo de indias, no la verdadera víctima, quizá, aun no lo descubría.

-Para el plan perfecto: Está claro que este ataque no fue improvisado, sino llevaba tiempo, quién sabe, meses, o años, siendo planeado. Y con un fin. El que quiero descubrir.