Capítulo Siete: Empapados

201 17 7
                                    

Desde ese momento supe, que si alguna vez quería perderme con alguien en plena Inglaterra, por meses, por años, por siempre, sería con Miles a mi lado. Algo en su esencia me mantenía fresca, me hacía sentir radiante, feliz y segura, como si estuviese en casa. No podía evitar observarlo mientras caminábamos cogidos del brazo, me sorprendía de él el hecho de que siempre tuviese algo de qué hablar, realmente me parece un ser interesante, brillante y único. Me limitaba a dar respuestas cortas para que él continuara con sus fugaces historias, en ningún momento le quité los ojos de encima, creo haberme tropezado tres veces, en las que él me sujetó para no caer. Qué torpe soy. Tenía miedo de que mis pensamientos comenzaran a hacerse evidentes en el reflejo de mis ojos, aunque no me importaba mucho. Estando con él era imposible no sonreír, me sentía completamente libre de ser yo y lo estaba disfrutando. Hasta que, nuevamente, metí la pata. Estaba tan embobada en mis pensamientos y en lo guapo que se veía que no escuché lo que decía: ''...Entonces, ¿Qué opinas?''.- Fue lo último que escuché salir de sus labios. Sentí como la piel se me erizaba: ''Uhm...''

- Claramente pensabas en algo que no te dejó escuchar lo último que dije.- levantó una ceja mientras me clavaba la mirada encima, aún así seguíamos caminando.

- ¿Qué te hace pensar eso, Mi?

- No haz dicho casi nada en todo el camino y...

- ¿Y?

- Tampoco haz dejado de mirarme.

En ese momento, comprenderán que sólo quería que un meteorito gigante me cayera encima y me enterrara varios metros bajo tierra. Aclaré mi garganta intentando ocultar mis nervios, mientras pensaba en alguna mentirilla piadosa, mantuve la compostura.

- No es cierto...- Desvié la mirada hacia mis pies.

- Sí, lo es. Y ahora como si nada, ya no quieres mirarme.

- Ok, tú ganas.- Respiré profundamente

- Y bien? - Volvió a mirarme curioso.

- No es nada importante, sólo que...- murmuré rápidamente.- me gusta como te vez hoy.

- ¿Qué? - Comenzó a sonreír lentamente.- ¿Qué te gusta qué?

- No volveré a repetirlo, Miles.

- Annie, tu dialecto fue en árabe, por favor, no escuché.

- Lo siento mucho.- comencé a reír tímidamente para mi misma, contagiando mi risa a su inocente mirada.

Dimos unos pasos en silencio, podía notar como el pobre chico estaba muriendo por entender lo que había dicho. No iba a repetirlo, me sentiría totalmente avergonzada y él comenzaría a creer que siento cosas por él... Lo cuál no es mentira pero da igual, además, estaba disfrutando de su silencioso sufrimiento interno, sentí muchas ganas de abrazarlo. No sería ninguna mentira decírselo, luce tan bien, siempre luce y huele bien. Es un chico increíble, lleno de sueños y energía, él es tan cool... Es tan rock'n roll y ni siquiera lo sabe, alguien debería hacerse cargo y decírselo. Personas tan bellas como él deben saber lo importante y capaces que son. Me asusta pero... Al diablo.

- Dije que, el motivo es, querido Miles...

- Dilo de una vez, me estás matando.- Se detuvo y me miró ansioso, como un niño a punto de descubrir el universo. Suspiré.

- Que creo que te vez especialmente guapo hoy, me gusta tú estilo, me hace sonreír.- subí y bajé la mirada rápidamente, totalmente arrepentida.- De hecho, si no fuera por tu cabello, serías algo así como un beatle perdido.

I Wanna Be Adored [Miles Kane]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora