Ahí estaba yo, 1,50 de estatura, 63 kilos y completamente empapada, pero ya nada de eso me importaba porque, sí, era un desastre andante pero mientras corría por las calles de Liverpool, estaba entrelazando dedos con un chico beatle, un sencillo muchacho inglés hecho y derecho, un gentleman de sonrisa amplia con grandes dientes británicos, con brillo y deseo en sus ojos dormilones. Estaba igual de empapado que yo, su cabello caía pegado a sus mejillas, no importaba que tan mal estuviera el clima, Miles Kane siempre luciría bien ante todo. Si esto es un sueño, no me despierten nunca, si esto es una broma, acaben ya con ella, pero no, cada vez que estaba cerca de él miraba sutilmente en todas direcciones, buscando cámaras ocultas y nada. Tal vez la vida quiso darme un amigo, una oportunidad de disfrutar luego de tanto odio que sentía por mí y la vida misma.
- Miles, me van a matar...- Lo miré conteniendo la risa.
- También a mí, Annie.- exclamó mientras explotaba de la risa y se detenía para sostenerse el estómago. Ambos caímos en un ataque de risa nerviosa, parecía un llanto a lo lejos y la gente cruzaba a la vereda de enfrente para no toparse con nosotros, parecíamos unos verdaderos ebrios. Me solté de la mano de Miles, para poder limpiar las lágrimas que cayeron por mi rostro de tanto reír.
- ¡Oye, no te sueltes! – volvió a coger mi mano rápidamente. Miré nuestras manos algo confundida para luego subir mi mirada hasta su rostro, sus labios se habían fruncido y sus ojos parecían haber visto algo serio, aun así, su mirada era tan cálida como siempre.
- Okey...- dije en un susurro, mientras entrelazaba mis dedos en los suyos.
- Bien.- las comisuras de sus labios se levantaron levemente, acercándose una vez más a mi frente, depositando un suave beso y luego susurrando en ella.- Ya hay que irnos, hechicera, no quiero que enfermes para mañana.
Al segundo de haberse separado de mí, comencé a tirar de su mano adelantándome en el camino, intentando hacer todo lo posible para ocultar lo sonrojadas que estaban mis mejillas. Miles decía que el clima en Liverpool era casi siempre así, cuando menos lo esperas, comienza la lluvia. Finalmente, luego de muchas vueltas e interrupciones de nuestras desenfrenadas risas, logramos llegar de vuelta al vecindario, chillando y dando vueltas como idiotas, imitando un vals de pésimo gusto. Giramos hasta mi cerca, se detuvo haciendo una reverencia de acuerdo al baile, simplemente moví mi cabeza de lado a lado sin poder dejar de sonreír por sus locuras.
- Gracias por hoy, Miles. Realmente disfruté todo allá atrás.
- Igual yo, me divertí mucho.- acercó su mano hasta mis mejillas, dejando mis empapados mechones de cabello detrás de mis orejas.- Te veré mañana, verdad? Antes de irnos a clases...
- Si así lo quieres.- le guiñe un ojo con aires de rockstar.-
- Si quiero.- comenzó a jugar con nuestros dedos entrelazados, acariciando mi mano con uno de sus dedos.
- Entonces así será.- bajé la mirada sin poder evitar mi sonrisa de estúpida.- Sólo espero que tengamos clases juntos.
- Ven aquí, niña loca.
Se encogió un poco para llegar a mi estatura para envolverme entre sus maravillosos brazos, me apretó fuerte contra él y me levantó de la acera.
- Por dios, Miles, voy a quebrarte.
- Shhh, no seas tonta.
Me continuó abrazando durante un par de minutos, no quería separarme de él, quería quedarme así por siempre, a salvo, entre sus brazos.- Hora de entrar, Mi.- besé su mejilla y volvió a dejarme sobre mis pies.- Duerme bien, hechicera.
Ambos nos dirigimos hacia nuestras respectivas puertas y nos dimos una última mirada antes de entrar a nuestras casas.- Oh santo cielo.- suspiré en voz alta al cerrar la puerta y apoyarme en ella.- ¿Realmente esto pasó? - Me abracé a mí misma.- Oh Miles, mi queridísimo Miles.
Escuché un grito desde el sótano, mi padre.- ¿Annie, eres tú?
- ¡Oi, papá! - grité de vuelta.
- ¿Lista para mañana?- preguntó subiendo las escaleras para encontrarse con mis ojos.- ¡ANNE MAUREEN HEPBURN ESTÁS EMPAPADA!
- Lo sé, ya me cambio, no tardo.- estruje un poco mi corto cabello.- Y respondiendo a tu pregunta, eso creo... Miles me recogerá mañana para mostrarme la escuela.
- Mmh...- Levantó una ceja con aires de celos.
- ¿Y ahora qué pasa?
- Nada, es sólo que se conocen desde el viernes y pareciera que se vienen viendo de años.
- Lo sé, no es genial?- Sonreí inocentemente.- Ha sido el mejor fin de semana que he tenido en mi vida.
Me miró con ternura y acarició mis mejillas.- Anda, ve a cambiarte.
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I Wanna Be Adored [Miles Kane]
FanfictionLa realidad llegó de golpe a la vida de Annie, el divorcio de sus padres complicó mucho las cosas. A días de cumplir 18 años, se vio obligada a abandonar su vida en Camberwell para mudarse con su padre a Liverpool y así comenzar desde cero. En una t...