La siesta había terminado había que volver a la realidad, y aquel bonito sueño era sin mas el reflejo de un mundo paralelo a mi realidad, en efecto yo en la Tierra no era mas que una simple chica que mas que llamar la atención era invisible a los ojos de la gente. Hoy iba a ser la mejor noche para muchas adolescentes pero para mi simplemente iba a ser una noche de cómics de anime y comida pre-cocinada, mientras observaba como mi padre bebía con su típica cara de asco... Y es que con solo 15 años ya había demasiadas pisadas en mi alma.