CAPITULO 3 " ¿Qué eres? "

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"Aun sin saber nada, mi cuerpo, mi alma y mente se preocupaban en demasía por ti. Tuve que arriesgar mucho, pero sigo creyendo que valió la pena"

Años atrás

La pequeña cabeza de Tanit caía de poco en poco, mientras intentaba mantener sus ojos abiertos debido al sueño que sentía, sus muñecas estaban a sus costados con ella sentada en medio de su gran habitación. Bostezo un poco debido al cansancio.

Las cuatro noches anteriores se la había pasado en su mayoría en el bosque. Trataba de ignorar el deseo de ver de nuevo aquellos ojos azules. Pocos eran los niños que se acercaban a ella. Y todo debido a su hermano mayor, quien siempre le decía era demasiado pequeña relacionase con hombres.

Nunca le reprochaba, él siempre debía tener razón, o al menos eso pensaba. Le alcanzaba por lo menos cinco años de diferencia. Además de que él siempre estaba cuando sus padres se encontraban fuera. Que era casi siempre. Su abuela era quien los cuidaba, pero ella no era sus padres, por más que intentara apreciarlo.

En realidad nunca les molesto nada de eso. Su hermano siempre la hacía sentir segura y amada. A pesar de sus restricciones que imponía sobre ella, desde no hablar con chicos, no salir a ciertas horas o incluso de que seleccionara a sus amigas –las cuales al no soportar los arranques de su hermano― terminaban por irse.

Por ello el que siempre terminara jugando sola en su habitación. Anthony a veces le hacía compañía pero al final era un niño, se iba con los demás a jugar al parque deportes.

Se recostó un poco en la alfombra, decidida a tomar una pequeña siesta, rogando porque ni su abuela y hermano la encontraran, la regañaban cada vez que hacia eso, porque creían que luego ella no dormiría a sus horas. Recostada en la alfombra junto con su vestido azul que se había puesto debido a cierto chico, cayó en la profundidad de un sueño.

No sabe cuánto tiempo había pasado, desde que sus ojos se habrían cerrado. Pero sintió la sensación de la mirada de alguien fijamente en ella lo cual la hizo despertar, desde luego creyó que era su abuela o hermano quien ya la habrían descubierto. Pero al abrir sus ojos solo se encontraron con unos que había deseado ver desde días atrás.

Hincado frente a ella, se encuentra nada menos que el chico misterioso del bosque. Esta vez pudiendo verlo bien, demasiado bien. Se incorporó lo más rápido viendo que este se encontraba muy cerca de su cara. Lo miro con la confusión en su rostro. En esta ocasión no se encontraba solo de negro, ahora llevaba una camisa de cuadros azules, que se encontraba abierta exponiendo una camisa con un logotipo de una banda que no conocía.

―tu ¿Qué haces aquí? –pregunto tratando de controlar el volumen de su voz.

Si alguien lo ve, no tendrá alguna explicación para dar. Pero este pareciera no importarle en lo más mínimo. Su sonrisa perezosa se lo confirmaba, pero aún más la tranquilidad con la que estiraba sus pies y los posicionaba a los lados de ella.

― Debes irte –empujo con toda la fuerza que podía su pie, sin tener el más mínimo éxito.― es enserio, no conoces a mi hermano, él te matara, antes de golpearte y mutilarte.

Volteaba frenéticamente hacia su puerta comprobando que no apareciera nadie. Es como mover una pared.

Finalmente acepto su condena y cayó encima del pie del joven, haciendo que su cabeza golpease contra la alfombra. Ya que más daba, a ver si cuando su Anthony lo golpeara se volvería atrever a volver. Aunque una punzada de decepción se instaló en ella, trato de ignorarla lo más que pudo.

NACIDA PARA SER SALVAJEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora