Insulté mentalmente al maldito dueño del edificio cuando llegué a mi apartamento y recordé, recién en ese momento que ¡No tengo ascensor!.
No podía llevarlo a otro lugar, y ya había hecho que el taxista diera tantas vueltas que el viaje me había costado una fortuna pero esperaba que no pudiera recordar como llegar aquí. Él se encontraba acostado en la parte de atrás, apoyaba su cabeza en mis piernas. Había estado estable todo el trayecto pero aún así necesitaba recostarse y descansar con más tranquilidad.
El taxista nos miraba enternecido, al principio no quería que subiéramos pero cuando le conté nuestra dulce historia se ofreció a llevarnos a casa.Le había mentido de manera descarada, inventándole una historia donde mi novio Ethan había tenido una pelea en la calle defendiendo mi honor de unos tipos con mala pinta.
Aún me sentía culpable pero era por un bien mayor, necesitábamos salir del hospital.- Ya llegamos muchacho, espero que cuide bien a su linda novia. Son ustedes una bonita pareja-. Eso me hizo sentir peor, Ethan se salvaba estaba adormecido pero yo seguía hundiéndome en mentiras y no era demasiado buena para ello.
- Gracias señor. Yo no quisiera ser abusiva pero le quería pedir si por favor me ayudaría a subirlo. El ascensor está fuera de servicio y yo, yo podría pagarle por su colaboración.
- Tranquila niña, no hay problema y no va ser necesario ningún pago extra-. me sonrió con comprensión. Estaba agradecida.
Con mucho esfuerzo y cuidado logramos subir hasta el tercer piso. Ya en la puerta de mi apartamento, me despedí del taxista y a pesar de su negativa le pagué el dinero extra.
Abrí la puerta y entramos juntos. Ya casi me era imposible cargarlo.
- Ethan despierta, Ethan.- le di unas suaves palmaditas en la cara y abrió los ojos desconcertado- Necesito que me ayudes a llevarte a la cama, ya no puedo más.
El sonrió, parecía divertido. No entendí el chiste, él casi había muerto dos veces en esta misma madrugada y yo había trabajado más de veinticuatro horas y encima había tenido que huir con un hombre a cuestas para salvar nuestras vidas. Realmente no entendía el chiste, estaba agotada física y mentalmente también.
Seguramente todavía estaba anestesiado pensé.
Después de la pequeña broma personal, trató de sostenerse en pie y logramos llegar a la cama. Lo acomodé bien, revisé su pierna, su pulso, su respiración y todo estaba en orden.
- Trata de dormir, yo voy por unos medicamentos para tu pierna. Vuelvo en un minuto- dije, de repente me sentía intimidada. Toda la adrenalina de escapar de aquella situación en el hospital se me fue y sólo me quedé pensando en que tenía a un desconocido en casa y que además lo estaban buscando. Esto no era nada bueno.
...
Estaba en la entrada de mi apartamento. Había conseguido todo lo necesario para el post operatorio de Ethan y es que cuando tienes licencia médica las farmacias te dan cualquier cosa con tal de que utilices sus drogas en el consultorio. Pero esa era otra historia, una de la que me mantenía alejada.
Antes de subir pasé por el almacén, mi heladera seguía vacía y ahora tenía compañía. Había estado distraída comportandome como una profesional que hace justicia a su juramento hipocrático, pero no podía dejar se pensar en que esto era ciertamente un error. No metes desconocidos a casa, podrían ser una psicópatas o criminales, no lo sé. Me encontraba preocupada, un poco asustada debo confesar pero trataba de mentalizarme que había hecho lo correcto. Yo no era alguien que abandonara a las personas a su suerte y ten..
- Y entonces le dije que a mi novia Lauren no le agradaría la idea- Volví a la Tierra de repente, Nick me hablaba y yo no había escuchado si quiera un saludo de inicio- hey, ¿me estás prestando atención?
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¡No puede ser cierto!
RandomA Lauren le gustaba su vida. Tenía un trabajo para el cual se había preparado mucho, un pequeño apartamento y un gato como compañero. Se consideraba afortunada y también recompensada había trabajado duro para llegar a donde se encontraba. Pero desde...