¿Vos otra vez?

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Bueno, tal vez deberíamos repasar la historia desde el principio para comprender como estaba en un interrogatorio otra vez. No es que se me estaba haciendo costumbre, convengamos que el universo estaba momentáneamente en mi contra. O el karma de alguna vida anterior se la estaba cobrando con creces. Porque yo, alguien con un legajo más limpio que los utensilios del hospital estaba en la cámara de gesell por segunda vez en la misma semana.

Vamos Nick, al menos ya soy una chica mala y no una aburrida.

Y como siempre pensando tonterías en el peor momento. Esperaba que ésta vez no me pusiera tan nerviosa para decir cualquier disparate y avergonzarme más aún a mí misma. Porque, vale, era una especialista en eso. Bien podría decir que me había graduado en varias carreras, la de médico y un doctorado en "avergonzarse en público o sin él".
Si, era una eminencia en el tema.

....

Ahora la historia había comenzado por una error que me pertenecía. Haber invitado a Nick a salir en la noche. ¿Qué es lo que esperaba?. Bueno ciertamente la prisión no estaba en mis planes. Pensé que comeríamos algo en algún bar y nos tomaríamos algunos tragos. Algo tranquilo porque después de todo era lunes por la noche y yo tendría que trabajar en la mañana. Pero "algo tranquilo" no estaba en el vocabulario de mi amigo. Un pub. Y yo me había preguntado todo el trayecto desde cuándo había pubs entre semana.
Seguramente estaba oxidada con respecto al mundo nocturno. Al parecer la ciudad funcionaba de noche o al menos estos lugares.

El caso es que mi preciosa falda negra y yo estábamos en los sillones esperando a que Nick trajera nuestras bebidas. La música era alta y había algunas personas moviéndose a su ritmo. La gente se divertía y aunque usualmente no era dada a estos lugares me sentía animada.

Un par de cervezas después Nick y yo bailábamos. Bastante cerca debo aclarar pero nos la estábamos pasando espectacular. El problema llegó cuando una bebida aterrizó en mi cabello. Hubiese pensado que era un accidente de no ser por chillido que precedió el inescrupuloso ataque.

Una Marian con la cara roja por el enfado o el alcohol, me había echado su bebida encima. Nick y yo nos separamos de inmediato. Y yo con furia la empujé. Ella trastabilló, cayó al suelo y yo me largué molesta al baño. El idiota de Nick no me siguió. Se quedó allí ayudando a la lunatica. Esos eran los momentos en que deseaba que él o yo fuéramos peores personas. Pero no, Dios los cría y ellos se juntan.

Trataba de secarme el alcohol del cuello cuando la lunática se apareció en el baño para continuar con su estupidez.

- Doctorcita zorra, no te voy a permitir que te acerques a mi hombre - arrastraba las palabras debido a su notable borrachera pero aún así estaba cansada de sus ataques de celos.

- Marian cuántas veces te dije que las personas no tienen dueños. Y mucho menos Nick, a él no le interesas.

Dió otro chillido y su rostro se contrajo. Debía de pensar que eso era algún grito de guerra antes de lanzar un ataque. Era como su haka y tristemente resultaba patético. Maldición a veces sentía pena por ella.

- No entiendo como Nicky pierde el tiempo con alguien tan indifnificante como vos- Oh vamos ya le había agregado una palabra a la RAE. La borrachera era fuerte. Yo no estaba así de mal o al menos eso creía. No había bebido tanto, era la mente lúcida entre las dos. Y como tal iba a largarme sin armar escándalos.

- Adiós Marian- la saludé al pasar pero ella me tomó del cabello y se lanzó sobre mí.

Demonios, no pensé que era una borracha violenta. La tenía sobre mí abdomen mientras tironeaba mi cabello.
Comencé a gritar para que alguien en ayudara. Yo no era una arrebatada y de ninguna manera la golpearía. Pero todo mi comunión con la no violencia de Gandhi se me fue cuando la maldita me araño el rostro. Así que le di un fuerte cabezazo y en ese pequeño momento en el que ella me miraba con sorpresa la quite de encima de mí y rodé para ponerme encima.

Y como se trataba de mí, Lauren Hotch especialista en avergonzarse a si misma y licenciada en mala suerte, la puerta se abrió y el guardia de seguridad entró.

En ese momento me encontraba encima de Marian mientras ella lloraba como si estuviera ganando el Óscar a mejor actriz y por supuesto, como no pudo ser de otra manera un oficial de policía me traslado fuera del local.

....

Y ese fue un buen resumen de la historia. En conclusión en menos de una semana había manchado mi precioso legajo con una pelea de gatas. ¿Qué me faltaba ahora?, ¿tráfico de estupefacientes?. Al parecer me estaba convirtiendo en invitada recurrente de la policía, el FBI o cualquier otra fuerza del orden. Seguramente tenía cara de criminal. Es así, tendría que contratar a un abogado porque esto era portación de rostro. Ahora me detenían por cualquier cosita.

Suspiré y agotada me acosté sobre la mesa, mientras cubría mi visión con los brazos. En cualquier momento me dormiría en esta posición, una que usaba mucho cuando era estudiante mientras me dormía en la mesa antes de un examen. Escuché la puerta.

- Fue legítima defensa- y eso fue lo primero que dije cuando un policía entró a la sala donde yo estaba confinada. De manera ilegal seguramente.

- Eso puedo apostarlo- levanté la cabeza tan rápido que juro que me dió un tirón. No podía pasarme esto. Seguramente había sido algún dictador en la vida anterior.

- Ay no puede ser- dije con toda la pena del mundo en la voz.- ¿ Vos otra vez?.

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⏰ Última actualización: Feb 23, 2017 ⏰

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