Un maldito interrogatorio. Ahora resulta que salvas a un federal y en lugar de darte una medalla o algo así te llevan a cuatro paredes para molerte a preguntas. ¿Qué clase de agradecimiento era éste?.
Llevaba más de media hora sentada sola en la habitación. Desde que recogieron al agente Jensen de casa por la mañana todo fue un caos. Pensé que podría relajarme después de esa experiencia tan estresante pero no, claro que eso no estaba en los planes del maldito buró.
Ni siquiera esperaba un agradecimiento, solo quería que me dejaran en paz. Vamos, yo no era ninguna criminal. Había actuado como cualquier civil con un poco de empatia o cualquier profesional con un sentido de la ética pero aquí estaba, sentada y sola.
Sabía que intentaban hacer. Había visto demasiadas series policiacas para comprender que intentaban hacerme sudar. No iba a suceder. No era culpable de nada. Ni siquiera estaba segura de haber hecho algo malo.
De igual forma no estaba siendo tratada con la cortesía o amabilidad que merece alguien que es inocente ni mucho menos quién salvó a uno de los suyos. El FBI apestaba ya lo había decidido.
.....
-Sra Hotch. Soy el agente especial Charles Keen. Voy a hacerle un par de preguntas y podrá irse de aquí.
Este era el tercer trajeado que entraba a la sala. Ya les había dado testimonio a los otros dos. ¿Por qué enviaban a alguien más?.
Maldición, ya me encontraba lo suficientemente nerviosa como para decir cualquier estupidez. Vamos, no sabía cuánto tiempo había pasado y porqué aún me tenían demorada. Eso inquieta a cualquiera.
- Lauren, Dra Lauren Hotch. Pero puede llamarme Lauren. Todos me llaman así. Aunque supongo que eso es algo que ustedes ya deben saber.
Mi boca comenzó hablar sin parar, era algo que me sucedía cuando me encontraba muy nerviosa. Justo como ahora. Me sentía observada por todos los ángulos. Y no, no era solo por el hecho de saber que seguramente había más agentes detrás del espejo pues ya conozco lo que es una cámara de gesell. Sentía en el cuello una mirada dura. Me daba ganas de rascarme, como si me quemara. Me estaba haciendo perder el control y a mí no me gustaba perderlo.
- ¿Por qué estoy aquí?. No, no esa es una mala pregunta. Yo sé porque estoy aquí lo que no entiendo es por qué razón aún sigo aquí. ¿Esto es un interrogatorio?
Él sonrió. De una manera ladeada. Como si intentará esconder que esta situación era de su agrado y eso me molestó mucho más.
- ¿Por alguna razón usted lo siente así Lauren?. Piensa usted que éste es un interrogatorio ¿por qué?.
- Alto, alto ahí. No intente confundirme. No pienso nada. Solo tengo cosas que hacer. No pueden demorarme aquí por mucho tiempo. No he hecho nada malo- esto se me estaba yendo de las manos, me había puesto en el papel defensivo. Eso era malo. Lo había visto en demasiadas películas.- y y conozco mis derechos y quiero un abogado.
Sonrió, esta vez abiertamente. Como si le hubiese hecho mucha gracia todo lo que decía. Probablemente resultaba graciosa en este momento porque mi lengua había cobrado vida propia y hablaba sin mi consentimiento. Bueno, supongo que es gracioso ver como alguien se hunde solo y en un vaso de agua.
-Los culpables son los que piden un abogado tan velozmente Lauren. ¿Qué es eso tan urgente que tiene que hacer?
- ¡Qué no hice nada malo, idiota!
Listo. Perdí. Ya me darían cadena perpetua. ¿ Cuántos años corresponden por insultar a un federal?. No lo sabía. Ya me había hundido por completo.
- Lo siento. No soy culpable de nada. No sé porque estoy aquí. Estoy un poco nerviosa. Yo... Yo sólo estaba de guardia.
Se veía mucho más serio. Ya me había ganado un boleto a la silla.
- Se supone que debía estar en casa Lauren. Fichó con otro nombre. Tiene que comprender nuestro interés en las irregularidades en el hospital el día del tiroteo.
- Hacía un reemplazo. Eso es todo. Fiche con el nombre de una colega que no podía trabajar ese día. Su hermana estaba en trabajo de parto. Una nena, creo. En realidad no lo sé. No he podido llamarle para preguntar. Perdí mi teléfono. ¿Puedo denunciar eso aquí?.
Él comenzó a reírse. Vale, ya comprendí. Al parecer era el chiste de la oficina.
En ese momento la puerta se abrió y un abatido agente Jensen entró. Su rostro molesto y causando mucho ruido con sus muletas.- Ya fue suficiente. Muy divertido. Dra Hotch puede retirarse. Tenemos todo lo que necesitábamos.
-Oh vamos Mike. Merece una entrevista completa si te soportó toda una noche sin asesinarte. Estaba siendo gentil. Nos divertíamos ¿cierto Lauren?
Todo mi nerviosismo de fue. Estaba completamente furiosa. El idiota había estado burlándose de mi. ¿Es que acaso a todos los malditos agentes les resultaba un chiste?.
Me levanté molesta y me acerqué. Ambos dejaron de discutir y me miraron. Alcé la mano y la estrellé en la cara del idiota.
Jensen me miraba sorprendido y Keen se frotaba el rostro.
- Ahora si que voy a necesitar un abogado.
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¡No puede ser cierto!
RandomA Lauren le gustaba su vida. Tenía un trabajo para el cual se había preparado mucho, un pequeño apartamento y un gato como compañero. Se consideraba afortunada y también recompensada había trabajado duro para llegar a donde se encontraba. Pero desde...