VI._ Presencias Incomodas

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—Eh... falte el otro día, creo que perdería el favoritismo del profesor ¿No crees?—Dije con una sonrisa apenada, quería acompañarle, pero el entendería.
—¿Por que?—pregunta de pronto, me sonroje y agache la mirada, ¿cómo le diría que por estar discutiendo con Joshua?—Lira, te hice una pregunta—Repite al ver que me quedo en silencio
—No tiene importancia
—Si no hay importancia, ¿por qué no quieres decirme? No es que sea entrometido, pero... me importas
—Estuve discutiendo con alguien, el cual pronunciar su nombre, podría causarme nauseas. —digo al fin, su rostro griego empieza a endurecerse, y parece estar furioso
—¿Quien te hizo daño?—La campana de la escuela interrumpe nuestra conversación, Isaac, me mira y de forma rápida levanta mi barbilla para darme un tierno beso en los labios. Me estremesco.—si fue el idiota de la otra vez yo...—hace una pausa, pero prosigue—Olvídalo, después hablamos.

Veo que se aleja para por fin entrar al aula de historia. El profesor siempre llegaba tarde,  así que tal vez al entrar Isaac,  aun no llegase.
Me dirigí hacia el pasillo vecino, para ir al fondo a la clase de artes, cuando de pronto veo a una persona no muy agradable a mi vista: Paulina
No, no es que fuera una persona repugnante,  era lo que le seguía a eso.  La odiaba.

—Hola Lira—Esa sonrisa hipocrita me gritaba aquello que sus palabras no confirmaban
—Hola... —¿A caso era tan difícil soportarla? 

Si,  si lo era
—Ya vino Isaac ¿no?
—Si...  Me contó que se fue de campamento con un amigo
—¿En serio? —Su voz aguda y molesta retumbó en mis oídos, pareciese que su nariz estuviese tapada con una pinza—Pues yo supe otras cosas linda— La atmósfera pareció hacerse mas pequeña,  los casilleros grises,  de pronto parecieron obscurecerse  más y empezó a hacerse mas incomoda la presencia de Paulina. 
—¿A si?  Pues...  Me temo que son falsas querida— Puse mi sonrisa mas triunfante pero ella la desapareció en menos de un segundo.
—Si...,  pues,  yo no estaría tan segura de ello— Dijo para después alejarse y perderse de mi limitada y humana vista. 
Paulina era la más vil, cruel, pobre de espíritu y peor persona que jamás yo haya conocido. 

El Primer AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora