Recuperar el amor.

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Alison.

Una semana había pasado de aquella vez que hable con Jackson y desde allí no ha parado de enviarme mensajes diciendo para vernos, insistió mucho así que termine aceptando y aquí me encuentro alistándome para salir con él. Habíamos quedado en encontrarnos en la misma plaza donde nos habíamos visto por primera vez. Al fijarme en la hora me doy cuenta que voy retrasada, solté un "rayos" y salí apresurada.

Voy caminando lo más rápido que mis piernas me dan cuando a la distancia veo a Jackson de espaldas con algo entre sus manos que no logré distinguir. Llego y me da un beso en la mejilla y ahí pude ver que lo que tenía en sus manos y no pude divisar a lo lejos resultó ser un obsequio.

-Hola Alison, te ves hermosa.- dijo en un tono suave, a lo que respondí "gracias" sin antes haberme sonrojado por completo, eso resultaba ser un tanto molestoso para mí, ya que siempre terminaba sonrojada ante cualquier cosa. Me tendió el obsequio y dijo.- Éste pequeño obsequio es para ti, lo compré con mucho cariño. Espero que te guste.

Lo tomé y me hizo un ademán para que lo abra y lo hice, quedé sorprendida al ver una playera del grupo Épica que tanto ansiaba tener y que no pude conseguir, el diseño era hermoso y me alegró tanto que terminé por darle un abrazo a lo que él respondió, pero me retiré nuevamente, fue extraño lo que sentí, no quería separarme de él, quería estar lo más cerca posible suyo, debía contener eso, no quería volver a sufrir por él.

Solté un "gracias, pero no fue necesario" a lo que respondió.- Tal vez no lo fue, pero te quería obsequiar algo.

Caminamos hasta un banco que se encontraba próximo a nosotros y nos sentamos. Yo no sabía que decir, me sentía nerviosa, cuando de repente escucho unas ligeras risas y levanto la mirada dirigiéndome hacía dónde lo había oído y eran una pareja jugando, se veían tan tiernos, los observé con una sonrisa y siento alguien respirando cerca de mi cuello y se me erizó los vellos de la piel. Volteo y encuentro el rostro de Jackson a centímetros de mí, dí un respingo ya que eso no lo esperaba y lo miré incrédula por unos momentos.

-Lo siento Alison, no quería que te asustaras, sólo quise sentir tu aroma de nuevo. -dijo en un tono arrepentido y frunci el ceño, traté de calmarme y solté un "de acuerdo".

-Alison... quiero de alguna forma enmendar mi error, sé que me he equivocado, me he dado cuenta en éste tiempo que estuvimos separados que lo que siento por ti es más fuerte que cualquier otra cosa. Que ansío nada más tenerte cerca, necesito de ti, necesito verte a los ojos y decirte cuánto te amo. Quiero tenerte de nuevo conmigo mi Ali.-dijo y yo estaba estupefacta, quería creer en cada una de sus palabras, sentía mi corazón salirse como si hubiese corrido una maratón, mi respiración se hacía más pesada, sólo quería abrazarlo y lo hice. Lo abracé como si no hubiese un mañana, encajaba perfectamente entre sus brazos, me sentía aliviada, no quería despegarme, no quería que ese momento acabe.

Aquel momento lo llevaré en el recuerdo siempre.

Sentí sus brazos sostenerme con más fuerza, como si no quisiera que me escapara de él, eso es lo menos que haría en ese momento. Estuvimos de tal forma por un largo rato, disfrutaba de cada segundo, de su aroma penetrarse en lo más recóndito de mi ser. Él era lo único que quería en ese momento, por él me arriesgaría a todo, incluyendo el ser lastimada de nuevo.

-Ali... mi Ali, me haces tan felíz con ésto.- dijo tomando mi rostro con sus manos y fijando su mirada en mis ojos, veía sinceridad en ellos. Acercó su rostro y posó sus labios sobre los míos y nos unimos perfectamente en un beso ansiado por los dos. Nos perdimos en aquel beso, nadie ni nada tenía importancia en ese momento, sólo él y yo.

-Te amo Alison... te amo.- dijo cerca de mis labios y caí completamente a él.

-Te amo Jackson.- le respondí. Esperaba que ésto perdure siempre.

Cuando ya se hizo tarde decidimos retornar a nuestros hogares, él me acompañó hasta mi casa. Caminamos tomados de la mano por la vereda, más felices que nunca, al menos así me sentía yo. Nos despedimos como corresponde y proseguí a entrar a mi casa tarareando una canción.

Lastimosamente la confianza una vez dañada jamás vuelve a ser la misma, así como un cristal que cae y se rompe, por más que se una cada pieza nunca vuelve a ser igual. Es importante saber que los golpes nunca dejarás de recibir, caídas las tendrás siempre.

Lastimosamente la felicidad no dura siempre.

Todo Por TiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora