Esta historia será contada en primera persona y desde el punto de vista de nuestra protagonista Evelyn, una linda y distraída chica que en la gran mayoría de las ocasiones se deja llevar por su maldita inseguridad. Ella se muda de ciudad con la inte...
Lo siento por tardar tanto, he estado de vacaciones y no he tenido tiempo, sorry, sorry, sorry.
Se nota que ya estamos a finales de noviembre, el frío comienza a calar hasta los huesos.
Me da mucha pereza ir a trabajar así, me encantaría poder quedarme en la cama roncando...pero seguro que cuando vea a los animalillos de las tienda se me pasa.
- ¿Que es eso? -me pregunto a mí misma-.
Observo al encontrarme a unos metros de la tienda como hay una pequeña caja de cartón en frente de la entrada de esta.
El corazón me da un vuelco y acelero mis pasos...espero que no sea lo que creo que es.
Llego a la caja y la abro lentamente...o no...era justo lo que pensaba.
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Un par de gatitos abandonados... ¡LA GENTE NO TIENE CORAZÓN!, ¡MALDITA SEA!, ¡SI HUBIERA PILLADO AL QUE HA HECHO ESTO!.
- Tengo que relajarme... -suspiro y cojo aire-.
Recojo la caja y entro en la tienda.
Después de unos minutos pensado se me ocurre que podría llamar a la dueña de la tienda, ya que los perritos y gatitos que hay aquí se adoptan, no se compran...no creo que haya ningún problema en añadir un par más.
Tras hablar con ella me da permiso para que los gatitos estén aquí durante toda la tarde, pero si cuando termine mi turno aún no han sido adoptados tendré que llevármelos de nuevo, ya que el número de animales abandonados es muy elevado y apenas queda sitio en la tienda.
¡Tengo que ser positiva, son monísimos y de seguro que la gente no podrá resistirse a ellos!.
Coloco a ambos gatitos en la zona de felinos y los observo.
El gatito blanco tiene unos lindos ojos azules es muy tranquilo y solo quiere dormir, por otra parte, el negro es un manojo de nervios...no deja de hacerles jugarretas a los demás gatitos y es algo gruñon, pero sin embargo, también es muy dulce y cariñoso...parece estar agradecido por haberle salvado, su diminuta mancha blanca en la frente y sus enormes y brillantes ojos grises le dan un aire muy especial. No se por que, pero este chiquitín me recuerda a alguien...
La tarde en la tienda transcurre con normalidad hasta que una madre acompañada de su hija pequeña me piden dulcemente que desean adoptar al gatito blanco...perecen que se han enamorado de el.
¡BIEN YA SOLO QUEDA UNO!.
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