Esta historia será contada en primera persona y desde el punto de vista de nuestra protagonista Evelyn, una linda y distraída chica que en la gran mayoría de las ocasiones se deja llevar por su maldita inseguridad. Ella se muda de ciudad con la inte...
¡Perdón por tardar tantísimo no me maten, plis!. No he tenido apenas tiempo desde la última vez y tampoco conseguía encontrar la inspiración suficiente para terminar este capitulín, ¡PERO POR FIN, LO CONSEGUÍ!, espero que les guste y me respondan a la pregunta que les digo al final del capitulo, ya que tal vez me sirva de ayuda y inspiración para el siguiente. Sin más dilación aquí lo tienen.
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- ¡¿PERO QUE HACES?! -le gritó abalanzándome sobre el y intentando recuperar mi ropa interior-.
¡TE VOY A MATAR PELIRROJO!.
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Las braguitas que ha cogido se tratan de un regalo que me hizo Rosalya, son de color rojo y bordeada de encaje negro, y las cuales, nunca he usado.
- Ya veo que estas llenas de sorpresa -dice pavoneándose y estirando su brazo lo más alto posible para impedir que las consiga recuperar-.
- ¡Idiota, se supone que ibas al baño! -le recrimino desesperada-.
- Y lo he hecho, pero luego no pude impedir...curiosear -me responde con una asombrosa normalidad-.
- ¡¿Y tienes que curiosear en MI ropa interior?! -le respondo indignada mientras salto para intentar recuperar lo que es mío-.
- La ropa interior dice mucho de su propietario canija, ¿lo sabías? -responde con una expresión y un tono extremadamente sugerente-.
Noto mi cara arder al oírle decir eso.
- ¡Deja de imaginarte cosas, pervertido! -le ordeno saltando de nuevo con todas mis fuerzas-.
- Deja de intentarlo, eres demasiado enana -me responde con una sonrisa triunfante-.
- ¡No soy una enana!, ¡mido prácticamente 1,70, eres tu el que es demasiado alto! -le explico con desesperación-.
- ¡¿Enserio?! -dice con una sonrisa sarcástica y de asombro a la vez-.
- ¡SI! -gritó con convicción- ¡y ahora dame lo que es mío! -le ordeno señalando las bragas-.
- Vale esta bien... -me responde con rendición-.
- G-Gracias... -agradezco sorprendida-.
¡OH, HA SIDO TOCADO POR LA GRACIA DIVINA!.
- Bueno...mejor no -rectifica burlo y con una sonrisa maligna-.
- ¡CASTIEL! -gritó totalmente enfadada-.
¡TE MATO!.
Castiel rompe a reír debido a mi enorme enfado.
- ¡Coc, coc...! -escucho a Beatrice toser falsamente a mi espalda-.
¡Estaba tan inmersa en mi pelea con Castiel que me había olvidado de que no estamos solos!.
