Ya han pasado algunos meses y la rutina es igual. Levantarse, comer y volver a dormir. A todo esto sumarle el hecho de que no he podido tener ningún contacto con los chicos es sumamente deprimente.
El lado bueno, si así se lo puede llamar, es que al ser "obediente" me han concedido algunos privilegios como poder bañarme una vez a la semana, un reloj sin agujas ya que "podría terminar con mi vida", un calendario y gracias a la voluntad de dios o quién sea, una lámpara.
Así he sabido cuánto tiempo llevo aquí, Exactamente ocho meses y siete días y no se puede hacer otra maldita cosa que la rutina.Según he escuchado, hoy nos dejarán caminar sin cadenas, pero no es nada seguro.
Al llegar al comedor afirmativamente no se encuentran las cadenas a cada lado de nuestras sillas.
Me puse a observar detenidamente que éramos cada vez menos, la mayoría moría de hambre, ya que la comida era asquerosa y algunos (solo tres) han tenido la suerte de escapar. Los envidio, pero eso era una lejana oportunidad para mi ya que mi habitación se encontraba al fondo del pasillo y a la vista de quien pasara; lo único que puedo hacer en este momento es agradecer que mis amigos sigan vivos.Yo, en lo personal, me encontraba desnutrida al punto de notarse mis huesos, me costaba caminar y a veces respirar debido a la pérdida de energía y vitaminas. Pero dentro de todo seguía viva, con la esperanza de que alguien nos encuentre o de que tal vez, los chicos que habían conseguido escapar, dieran nuestra ubicación, pero todos sabemos que eso no pasará.
El "amo", como se hacía llamar, me pidió que le diera de comer. Tomé su plato y recé para no perder la energía en este momento, pero como la vida me odia mis piernas fallaron y terminé en el piso junto con el plato y la comida. Temerosa levanté la mirada y me encontré con la furiosa cara del amo.
-¡¿Eres idiota o qué?! - Se levantó y corrió hacia mi.
- Por favor amo, se lo suplico, no fue mi intención - Sin previo aviso me tomó del brazo y me arrastró a una oscura y vieja habitación.
- ¡Me tienes cansado! ¡Lo único que haces es caerte y dormir! ¡Ni siquiera aprecias el hecho de que te alimente! ¡Eres una desagradecida! - Ni me gasté en decirle que yo era la cansada, que dormía porque no tenía otra cosa que hacer o que estaba tan débil por su inmunda comida y que por eso me caía, simplemente lo dejé seguir con el fin de que se desquite y todo termine.
- ¡Deberías ver lo que hago con tus amigas, tal vez así aprecies un poco más tu vida y tu cuerpo! - Casi al instante noté un fuerte golpe en mi pómulo izquierdo que me indicaba que esto iba a ser más largo de lo que pensé.
Yo no paraba de quejarme y removerme en el piso y él lanzaba golpes y patadas a diestra y siniestra. Durante un momento simplemente me dejé llevar y pensar en porqué él hacía lo que hacía, ¿por qué yo?
Las lágrimas ya no salían, estaba completamente seca y en blanco, cansada de llorar, cansada de tener que aguantar esto y cansada de tener algún tipo de esperanza , era hora de que todo termine.
Luego de varios golpes, patadas e insultos vi la oscuridad ocupar mi campo de visión y llevarme con ella.
