Quinta Parte

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Nuestro viaje continúa y me sorprende sentir tanta energía dado mi supuesto agotamiento emocional. Es como si Jeremy hubiera descubierto y desatado un fértil oasis dentro de mi cuerpo que hasta entonces yo había considerado como un árido desierto. Los poros de mi piel parecen rezumar feromonas. Nunca me he sentido tan intensamente viva, tan sensual, tan sexual, tan mujer. Por el contrario, cuando pienso en mi matrimonio con Robert, es como si mis sentimientos estuvieran aletargados, o fueran prácticamente inexistentes. ¿Cómo pueden compararse en magnitud en la escala de Richter con los que Jeremy me provoca? ¿Hay alguien más capaz de desencadenar dentro de mí semejante seísmo emocional? La voz de Jeremy interrumpe el hilo de mis pensamientos cuando coloca su mano sobre mi rodilla.

—¿Te importa que hablemos de algunos aspectos de mi investigación mientras vamos en el coche?

—No, en absoluto.

—Solo quería asegurarme, ya que pareces sumida en tus pensamientos.

Sacudo la cabeza para despejar mi mente.

—Por favor, me encantaría oírlo.

—Está bien, genial. Como ya te mencioné antes hay un grupo de doctores y profesores de todo el mundo colaborando en la investigación sobre las conexiones entre la fisiología y la neuropsicología cognitiva en relación con la actividad sexual. Ahora mismo estoy profundamente implicado en su estudio como parte de mi investigación sobre la explícita conexión entre las cuestiones relativas al sexo y la depresión. Para abreviar, hace pocos meses tuve la suerte de reunirme con Samuel en Hong Kong cuando nuestros vuelos quedaron cancelados debido a una nube de ceniza volcánica, lo que nos dio la rara oportunidad de discutir nuestro trabajo al detalle.

—Ah, eso explica por qué estaba tan bien informado sobre tu trabajo.

—Imagino que cuando estuviste comiendo con Sam te pondría al día de su investigación sobre el orgasmo femenino, de las discrepancias científicas y controversias médicas respecto de la eyaculación.

Hago un gesto de asentimiento para confirmarlo, totalmente absorta en sus palabras. Me encanta cuando está en modo profesional

y su trabajo me fascina. Puedo notar la pasión en su voz.

—Como resultado de nuestra conversación, acabamos barajando la posibilidad de desarrollar una fórmula a partir de la serotonina natural que no tuviera efectos adversos en el equilibrio químico del cerebro humano a medio y largo plazo. Después de muchas pruebas y análisis realizados en nuestros laboratorios, descubrimos que existen vínculos potenciales entre nuestras áreas de investigación que, en determinados escenarios, reducen significativamente la probabilidad de depresión, especialmente por lo que se refiere al concepto de «juego adulto». Eso nos llevó indirectamente a analizar la secreción de los fluidos del orgasmo femenino en cada tipo de sangre.

—¡Vaya, suena increíble!

Este es el mejor Jeremy, la razón por la que es mundialmente conocido como investigador. No puedo evitar sentir una admiración absoluta por su capacidad y la forma en que su mente tangencial trabaja encontrando soluciones que otros han descartado completamente. Siempre está abierto para explorar lo improbable.

—Creemos que existe otro vínculo potencial, uno que aún no hemos explorado con detalle y que, sin embargo, está relacionado con nuestra discusión de antes.

Hace una pausa y percibo un leve titubeo en su voz.

—Se refiere a la conexión sensorial, a los microcircuitos neuronales que puedan existir entre el cuerpo y el cerebro en relación con la actividad sexual y la correspondiente secreción y liberación de hormonas. Necesitamos hacernos con los servicios de un psicólogo investigador antes de poder progresar con nuestros planes de experimentación. Tus conocimientos específicos pueden resultar fundamentales, especialmente en un proyecto de esta naturaleza, por lo que nuestro Consejo Supervisor me pidió que lo discutiera contigo y que tanteara tu interés por aceptar ese puesto.

Destinada a GozarWhere stories live. Discover now