Azúcar Y Sal

Prólogo

¿Cuántas veces hemos llamado a nuestro corazón, como si fuera un estúpido sin sentido del razonamiento, con sentimientos decadentes capaces de destruirnos? Ese era el tipo de pensamiento que me consumía con el paso del tiempo. Así le hablaba a la única parte de nuestro cerebro que nos permite sentir emociones. Desearíamos ser capaces de enterrarla y lograr que cada movimiento de nuestro cuerpo esté totalmente controlado.

Pero, de repente, llega esa persona que nos quita el equilibrio, voltea nuestra manera de vivir y, sin darnos cuenta, estamos completamente a su disposición, listos para dar un salto de fe por ella. Olvidamos cómo comportarnos en cada situación, incluso en las más simples, como hablar o caminar.

Así fue como pronto me sentiría: la chica más inteligente del colegio, atacada por emociones tan carnales y engañosas. La historia comienza como cualquier novela romántica: un corazón roto, una persona perversa y falsas esperanzas en el aire.