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—¿Oikawa-kun?

Desvié la mirada de sus ojos al cielo intentando procesar todo lo que me había dicho; sabía, de sobra, que era popular con las chicas pero ninguna había sido nunca tan directa. No como ella, al menos.

—¿Oikawa-kun?—fue entonces cuando volví a mirarla.

—¿Si?—respondí atontado.

—Entiendo que me dijeras que no...—susurró y sus ojos perdieron ese peculiar brillo que los caracterizaba mientras agachaba la mirada—, hay cientos de chicas mejores y más guapas...

—Emiko-senpai...—suspiré y me masajeé el puente de la nariz.

Emiko-senpai era la chica más popular de toda la secundaria baja, me sacaba un año y nos conocíamos desde que éramos niños; fuimos amigos durante mucho tiempo en primaria hasta que ella se cambió y pareció olvidarse de nosotros. Aunque de aquella niña ya no quedaba nada.

Cuando conocí a Emiko estaba acomplejada por ser rubia de ojos azules puesto que eso la hacía llamativa, siempre llevaba su cabello atado en dos trenzas y los ojos escondidos en grandes gafas pero al parecer, todo eso cambió y no, ya no quedaba rastro de esa niña; ahora lucía su cabello suelto siempre con algunos bucles y llevaba lentillas que hacían parecer sus ojos más grandes.

—Emiko-senpai—volví a repetir, haciendo que ella me mirara con una media sonrisa que intentaba ocultar. Deseaba decirle que no, encogerme de hombros, un "ya se verá" e irme corriendo. Pero algo dentro de mí me lo impedía—. Podemos intentarlo.

Ella soltó un grito y se abalanzó a mi cuello, yo le sonreí lo mejor que pude hacer y le pasé un brazo por la cintura.

Y es que aunque algo se estuviera muriendo dentro de mí no podía dejar pasar esta oportunidad. Era Oikawa Tooru y tenía una reputación que mantener y si me tenía que aferrar a ella, lo haría sin dudar...

Por favor perdóname, Iwa-chan, es lo mejor para ambos.

Lo que la verdad esconde (IwaOi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora