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Ya había pasado un año desde que había empezado a salir con Emiko-senpai y no se podía decir que todo fuera perfecto; estaba hecho un lío. No sentía nada por ella o al menos como yo quería que me hiciera sentir. Ella se quejaba de que no le hacía caso, que no la miraba ni tocaba... ¿Pero cómo podría hacerlo?

—Quita esa cara de idiota retrasado que tienes puesta, anda—fue lo primero que oí nada más  salir de casa.

-Oi, Iwa-chan, ¿Por qué tienes que ser tan cruel conmigo a estas horas de la mañana?-hice un mohín y salté de una las escaleritas que daban a la puerta del recinto; Iwaizumi rodó los ojos y me dio la espalda, acomodándose su bolsa a esta.

Cuando me iba a acercar a él, mi móvil sonó, avisándome de que me había llegado un mensaje.

'Me acabo de despertar, que asco de día... ¿Te parece si voy a buscarte a tu casa y te acompaño a la prepa?' leí en voz baja.

Esos eran los típicos mensajes que me mandaba. Sabíamos, ambos, que nuestra relación era una farsa y que ella en su Universidad habría hecho cualquier cosa pero tampoco le daba importancia.

'Lo siento, ya estoy con Iwa-chan, otro día ¿Sí?' escribí rápidamente y guardé el móvil, ahora es cuando vendrían las quejas porque paso mucho tiempo con él.

—¿Qué quería?—preguntó Iwaizumi, aún dandome la espalda.

—Oh, nada en especial, ya sabes... ¿Por?, ¿A caso estás celoso?—sonreí de medio lado, mientras cerraba los ojos para recibir el golpe y la sarta de insultos que saldrían después. Pero nada de eso ocurrió, abrí un ojo y lo miré frunciendo el ceño—. Oi, Iwa-chan, ¿Te encuentras bien?

Me puse delante de él, pero él ya no estaba aquí; miraba al cielo, distraído en sus pensamientos con las manos en los bolsillos del pantalón del uniforme. Se veía endemoniadamente sexy.

—¿Qué miras, idiota?—preguntó posando sus ojos en los míos, mientras me hacía el escaner facial de todos los días.

—A tí—respondí simplemente e imité su postura.

Ciertamente hoy hacía un buen día, si no recordaba mal, los Sakura ya estaban floreando, por lo que no tardarían en empezar los picnics.

—Me preguntaba...—empecé, para captar su atención-, ¿Te apetecería hacer un picnic el viernes? Para ver los Sakura y todo eso.

—¿Un Picnic?—frunció el ceño y le miré expectante— ¿Eso no deberías proponérselo a tu noviecita?

—Ya y eso hago—le sonreí y al ver cambiar el gesto de su cara empecé a correr calle abajo.

—Oikawa imbécil, no huyas y enfrentate a mí como un hombre—le escuché gritar demasiado cerca, apreté un poco más el paso pero poco después la falta de aire se hizo presente, era demasiado temprano para correr—.Maldita sea... —suspiró parándose a mi lado y poniendo las manos en la rodilla.

Me apoyé en la pared y me llevé una mano a la boca para poder recuperar la respiración. Alcé la ceja mirándolo mientras Iwaizumi se giraba un poco; vi que al lado nuestra había un callejón y cogiéndolo de la muñeca empecé a andar hasta el lugar.

Le puse contra la pared de enfrente y coloqué la mano que antes había tenido en su muñeca en la boca, para que no empezara a chillar y con la otra, le hice un gesto para que se callara.

Estábamos muy cerca, demasiado y hacía por lo menos una semana que no habíamos estado tan juntos. El corazón me empezó a latir fuertemente, mientras el me fulminaba con la mirada.

—Vamousghf, a sjsegar gardge—dijo, fruncí el ceño.

—¿Perdón?—me chupó la mano y rápidamente la aparté—¿Luego soy yo el crío?—interrogué "enfadado" mientras me limpiaba la mano en el pantalón-¿Y bien? ¿Qué decías?

—Decía: Vamos a llegar tarde—respondió y se cruzó de brazos.

—Da igual, recuerda que tengo pase gratis en la enfermería—le guiñé un ojo y el farfulló algo que no fui capaz a entender.

Hace menos de un mes, Emiko-senpai me había llamado a las cinco de la mañana, borracha y habíamos acabado discutiendo. No le había hecho demasiado caso pues al no ser consciente totalmente lo que decía pero si me dolió todo lo que había dicho sobre Iwa-chan y al final ya no pude volver a dormir; por la mañana me encontraba fatal y no tenía ganas de hacer nada, por lo que acabamos llegando tarde al instituto.

—Además, quería hacer algo antes de ir a clase.

—¿El qué?, espero que sea importante.

—Oh, en realidad no tiene ni la mínima importancia—susurré antes de rodearle el cuello con mis brazos y unir nuestros labios

Lo que la verdad esconde (IwaOi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora