El contrato ( historia corta)

9

Mikail.

Me siento en el escritorio y trato de concentrarme en mi trabajo. Pero no puedo. El rostro de Alyssa viene a mi mente, su mirada de dolor, de tristeza produce en mi pecho una sensación molesta. Enciendo el canal privado de su habitación y la miro. Está en la cama. Recostada hecha un ovillo en la manta. Ubico la cámara que está en su mesita de noche y apunta a su cara, sus hermosos ojos desiguales están enrojecidos y hay lágrimas en sus mejillas. Me siento un idiota. Trato duramente de poner distancia entre mis sentimientos y al trato que tenemos pero cada vez me cuenta más. Anoche Dánica se me insinuó de mil formas cada cual más desesperada hasta el punto de querer darme una mamada en la limosina antes de dejarla en su edificio. En otro momento hubiera aceptado con gusto pero la verdad mi cabeza estaba en las ganas que tenia de estar con Alyssa. Me siento un idiota pero parte de mi necesita esta distancia. No puedo involucrarme con ella. No quiero hacerlo y me lo repito hasta que me lo creo... o algo así...

En la noche Aarón prepara unos bocadillos calientes y va a buscar a Alyssa pero vuelve solo a la cocina.

_ La chiquilla esta con dolor de cabeza no quiere cenar _ dice dejando el plato sin tocar en la mesada.

_ si no quiere comer que no coma_ digo y comienzo a comer mi plato pero la comida no me pasa. Se me queda atascada en la garganta pensando en que soy el culpable de que ella se sienta así. Tomo una bandeja, pongo mi plato y el de ella junto a los vasos de jugo y ante la mirada asombrada de Aarón salgo con la bandeja hacia el cuarto de Alyssa. Cuando entro ella está sentada en el balcón mirando el mar, abrazando a sus rodillas. Pongo la bandeja en la mesa. Ella levanta la mirada sobresaltada

_ come_ digo bruscamente

_ no tengo hambre_ contesta con un hilo de voz

_ no importa come, debes estar sana para llevar un embarazo en buen estado físico así que quieras o no come_ digo sentándome frente a ella con mi plato. Ella se acomoda en la silla y comienza a dar bocados. Lentamente la miro comer cuando ya termine mi plato.

Cuando termina el último bocado toma el jugo de naranja completo.

_ listo_ dice y aun noto el rencor en su voz. Su boca me llama de manera brutal. Ella se levanta y dice_ me voy a dar una ducha_ y comienza a entrar pero me pongo de pie y la tomo de la mano. La tiro hacia mí y la beso apasionadamente. A la mierda el autocontrol. La tomo de las caderas y la levanto para que enrede sus piernas en mis caderas. La llevo a la cama y la desvisto mientras ella me quita la ropa con prisa. No quiero esperar, no puedo hacerlo así que acaricio sus suaves pliegues depilados y la noto absolutamente lista para mí. La penetro de golpe haciéndola gemir alto. Tomo sus pechos entre mis manos y los acaricio mientras me muevo en su apretado centro de terciopelo. Ella gime en mis brazos y se entrega a mí de una manera en la que ninguna otra mujer se entrego jamás. La llevo sobre mi y ella se mueve tímida pero disfrutando, con mis manso en sus caderas la guio para que se mueva más rápido y ella consiente llevándome a la locura. Sus gemidos se hacen más intensos, empieza a apretarme con la llegada de su orgasmo. Me incorporo y la abrazo a mi pecho moviéndome a su ritmo yendo más profundo cuando al fin la siento venirse me vengo con ella sintiendo mi corazón desbocado mientras mi cuerpo tiembla y la siento a ella en éxtasis. Cuando nuestro orgasmo baja nos mantenemos abrazados dejando que nuestras respiraciones se calmen. Acaricio su espalda húmeda de sudor, huele delicioso, ella levanta su rostro y busca mis ojos, me besa suavemente en la boca y le respondo el beso hasta que tomo conciencia de lo que hago. Me separo de su boca despacio, y la bajo de mi cuerpo dejándola en la cama. Me levanto y busco mi ropa y me visto dándole la espalda. Me doy vuelta y ella esta enredada en las sabanas mirándome entre esperanzada e intrigada, quiero quedarme con ella. Quiero abrazarla y volver a tomarla, quiero sentirla gemir mi nombre de muevo cuando se viene... entonces.... Me doy media vuelta y me voy...