Capítulo 15 - Dudas: El pasado se empieza a aclarar.

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Naraku estaba organizando su próximo ataque, ya lo tenía casi todo preparado para sorprender nuevamente al grupo de Inuyasha, lo único que le faltaba era tomar el control sobre la miko y así podría dar por iniciado su maléfico plan. Antes de que todo comenzara, debía esperar a que Inuyasha se recuperara del todo y así poder comprobar que tan fuerte era la miko.

— ¿Cómo planeas obtener el control sobre Kagome? —preguntó Kagura con cierta curiosidad, lo que sucedía con aquella chica le convenía.

— ¿Acaso no es obvio? —dijo como si estuviera a simple vista— solo necesito un fragmento de la perla contaminado y hablarle un poco sobre su pasado para sembrar el bichito de la venganza —agregó como si fuera la mejor de sus ideas hasta ahora.

— Lo bueno es que ella tiene uno de los fragmentos que te faltaban —dijo Kagura sonriendo— ahora solo te queda conseguir los que tiene Kikyo, el lobo y tendrías la perla completa —continuó diciendo mientras veía que Naraku se ponía de pie.

— Exacto, y una vez que haya pedido mi deseo podré obtener el poder que tanto anhelo —la seguridad en la voz del mitad demonio hacía pensar a la mujer que todo saldría muy bien, pero conociendo a Naraku era mejor no hacerse muchas expectativas.

Kagura se retiró de la habitación, tenía que aprovechar la oportunidad que se le había presentado para acercarse al demonio, así obtener un puesto como su señora y, lo más importante, por fin podría ser libre de las garras de Naraku.

— No puedo dejar pasar esta oportunidad, estoy segura de que será muy difícil conseguir una similar —se dijo a sí misma la mujer mientras avanzaba por los pasillos del lugar. Sacó una de las plumas que llevaba sobre su pelo y salió volando en dirección a algún lugar desconocido.

*En el castillo*

Musumi se encontraba en su pequeña habitación, se había dado una ducha rápida para borrar el aroma de la humana y de Naraku de su cuerpo. Se sentó en el borde de la cama con una serie de insumos para curar la herida de su brazo, no tenía mucho conocimiento en aquel ámbito, pero sabía lo necesario para curarse y cubrir la herida. Una vez que tuvo la venda puesta se puso una blusa limpia. Se detuvo frente a la puerta, tomando valor para poder enfrentar a su amo, soltó un largo y sonoro suspiro, tenía que hacerlo bien si quería seguir viviendo. Salió de su habitación y caminó hacia el despacho de su amo.

— Vamos Musumi, tú puedes enfrentarlo y salir bien de esto —se daba ánimo antes de llegar frente a la gran puerta que daba al despacho de su amo.

Quizás solo la había llamado para regañarla por haber salido sin su permiso, Musumi quería pensar que era aquello, que él no sabía nada sobre su reunión secreta con Naraku. Llegó a la gran puerta de madera, detallo cada uno de los dibujos que contenía, creo que nunca les había prestado tanta atención como en este momento, aunque en su situación actual todo le parecía mucho más interesante que enfrentar a su amo y darle explicaciones sobre el por qué había desaparecido durante gran parte del día. Se quedó durante varios segundos frente a la puerta como si estuviera hipnotizada por ella, pero la voz de su amo la sacó de aquel trance.

— Adelante —dijo Sesshomaru, sabía perfectamente que Musumi llevaba varios minutos fuera de allí.

La joven youkai tragó saliva con algo de dificultad, se sentía nerviosa por saber cuál era el motivo por el que su amo la había estado buscando, pero fuese lo que fuese no podía significar algo bueno. Tomó el pomo de la puerta y lo giró lentamente, sentía como su corazón latía con rapidez, sus manos sudorosas comenzaban a temblar mientras intentaba calmarse y evitar que su amo detectara su aroma.

— Adelante, Musumi —escuchó nuevamente que la invitaba a pasar ¿Y si se marchaba de allí? No, esa no era una opción, lo mejor sería que entrara y fingiera que nada sucedía. Tomó una gran bocanada de aire y entró en la iluminada habitación.

Inuyasha: Un secreto y un nuevo amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora