Espada y escudo.

2.- El inicio de un camino.

La decisión que Francis había tomado tenía retorno pero esa opción no estaría disponible más adelante si se continuaba por ese camino elegido aún siendo él mismo conciente de los riesgos y consecuencias que este llevaba.
Sarah sintió cierta comprensión ante el caso de su compañero de clase y comenzaría a ayudar a Francis en su busqueda de fuerza; Ambos sabían que la venganza solo traería más venganza y fue por esto que Francis se convertiría en algo a lo que se le suele llamar defensor. Como ambos eran compañeros de la Universidad, se veían todos los días.
- Y bien ¿Encontraste algún lugar para poder aprender defensa personal al menos? - Se dirijio Francis a Sarah algo entusiasmado.
- Hay dos gimnasios cerca que tienen defensa personal en su lista de actividades, sin embargo, sería un entrenamiento grupal tres veces a la semana- Respondió Sarah.
- No, no, no, eso no sería de mucha utilidad ya que sería algo muy tardado y bueno, a quien engaño, no tendría el suficiente dinero para pagarlo- dijo Francis - Además - añadió - Si se lo cuento a mis padres lo tomarían como si fuera venganza -
Sarah se quedó ensimismada unos momentos para después contestar al comentario de su amigo.
- Pues, podemos iniciar con una rutina de ejercicios para comenzar a desarrollar algo de físico -
- ¿Podemos? - Dijo Francis con cierto tono de sorpresa
- Si, escuchaste bien enano - Sarah le solía decir así a Francis puesto que ella era una mujer mayor tanto en edad como en altura.
- ¿Y tú por que lo haces? - Le dijo Francis
- Para serte sincera... - Suspiro y siguió hablando - Al ver tus ojos cada vez que hablas de eso puedo ver los ojos de alguien que esta decidido, de alguien que esta seguro de lo que hace, de alguien... Fuerte - se detuvo Sarah.
Francis no supo que responder en ese instante - ¿Gracias?, supongo - fue lo único que se le vino a la mente.
Para concluir Sarah se levantó de la mesa en la que estaban - Solo temo por el día en el que esos ojos fuertes esten llenos de preocupación o miedo; al final de cuentas, todos alguna vez somos puestos a prueba -
Para despedirse, Sarah le dio un golpe leve en el hombro a su amigo.
Pasada la tarde y llegada la hora de ir a sus hogares, Joshua, otro compañero de clase, buscó a Francis para hablarle un poco sobre como se sentía puesto que Joshua perdió a su madre en un siniestro similar al de Francis, solo que en su caso, nadie la pudo salvar.
- Francis, ¿Como esta tu hermano? Escuché que salió del hospital hace unos días - dijo Joshua mientras caminaba al lado de Francis.
- Ahora se encuentra mejor y recuperandose en casa, gracias por preguntar - Dijo Francis.
- Y entonces ¿Es cierto? ¿Buscas ser alguien que pueda defenderse y defender a los demás? - Comentó Joshua
- ¿Por que preguntas eso tan de la nada? - dijo Francis
- Por que puede que haya oído lo que tu viste ese día - respondió Joshua
Casi inmediatamente después de escuchar eso, Francis se detuvo en seco.
- ¿A que te refieres? -
- Solo responde a mi pregunta por favor -
Ambos se quedarón callados unos momentos hasta que la respuesta de Francis rompió ese breve silencio.
- Si - dijo Francis
- Si estas dispuesto a recorrer ese camino debes saber que no puedes proteger a los que amas y a los demás - Añadió Joshua.
- ¿Ahora responderás tú a mi pregunta? - Dijo Francis
- Mañana te contaré todo a detalle, mientras puedes buscar en internet "Héroes anónimos"; al principio sólo obtendrás resultados de gente que va ayudar a hospitales, detiene algunos asaltos y cosas de ese estilo, pero si buscas un poco más allá, encontrarás resultados de personas que cuentan haber sido salvadas o protegidas por gente como la que aquel día apareció contigo - comentó Joshua para finalizar.
- ¿Entonces quieres decir que hay más gente asi? - La voz de Francis cambió de tono.
- Posiblemente - Terminó Joshua.