CAPÍTULO 5

3 2 0
                                    

Después de terminar mi clase, busqué a Rai en el campo de juegos pero no había nadie. Nadie excepto él. Estaba... no...

-¡Eh! ¡¡Vuelve aquí!! ¡¡morirás si la cruzas!! - dije mientras corría desesperadamente hacia la valla.

Kest empezó a reírse mientras se giraba a mi.

-¿De qué te ríes? ¿Es que nunca te han contado la historia?

Volvió a reír. Pero antes de que pudiera volver a hablar, respondió.

-Millones de veces.

-¿Y entonces? ¿Eres cómo el que se enfadó con todos y decidió irse?

Soltó otra carcajada, me estaba poniendo de los nervios.

-¡Quieres dejar de reir!

Me miró a los ojos fijamente, pero seguía sonriendo.

-Me río porque me parece gracioso que todavía sigáis creyendo en esas mierdas.

-¿Qué?

-¡Vamos! - dijo entre risas - ¿Has visto cómo ocurrían esas historias? ¿Has visto que alguien haya muerto de verdad por cruzar una estúpida valla?

-No, pero...

-¿Es que no te das cuenta?

-¿A qué te refieres?

-Nos engañan, nos mienten.

-No...

-¿Por qué crees que nos tienen separados en edificios por edades? - continua.

-Porque todos no cabriamos en uno sólo.

-Ya, claro.

Se giró durante unos segundos y volvió a mi.

-Nos mantienen separados porque no podemos saber lo mismo que Valhderratt. Alguien de Laynn no podría saber lo mismo que nosotros tam...

-Eso no es verdad. - interrumpí.

-¿Qué?

-No se nada que no pudiera saber uno de Laynn.

-Ahora mismo.

-No. No lo entiendo. Si tu sabes que es lo que nos ocultan por qué no me lo dices.

Volvió a reírse. Aunque me inquietaba que no me tomara en serio, me parecía agradable verle reír.

-Puede que si se lo dijera a alguien, intentaría escapar. Pero claro, algunos creéis lo de la valla. - aclaró.

-¿Por qué no escapas tú? Si tan terrible es lo que sabes.

-No tendría sentido escapar yo sólo. Nadie sabe que hay ahí fuera - dijo mirando hacia el campo, que estaba amarillo, como si lo hubieran quemado.

Dudé un momento si hablar, pero vi que él se estaba yendo.

-Espera. - dije.

Él se detuvo y me miró sonriente.

-Quizá si me lo cuentas, yo podría irme contigo.

En realidad no pensaba escaparme. Si esa historia existía era por algo, y por muchas ganas que tuviera de conocer una vida fuera de Ivanndorphs, no pasaría esa valla.

-Espérame en la puerta 27 de la tercera planta a las once. - dijo por fin.

-¿Qué? ¿No puedes contarmelo ahora?

-¿Estás loca? Aquí nos escucharía cualquiera.

No lo pensé siquiera.

-Nos vemos, entonces.

OriginalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora