Erik
-¿Quieres algo de beber o de comer?
-Comer, tengo un poco de hambre con el viaje.
-¿Algo en particular?
-Sorpréndeme- dice picaramente.
-Vale.
Le pongo en un vaso coca-cola y se lo llevo.
-¿Pido algo de cenar, como por ejemplo... pizza o comida china?
-Vale, pizza.
Llamo por teléfono y le digo a Alexandra que viene en media hora.
-De acuerdo, me voy a poner ropa cómoda.
-¿Y si Sven te llama?
-Hasta mañana, no pienso irme, si me voy con él, claro.
-¿Por?
-No sé, quizás esta noche reflexione y tome otra decisión.
-Ah vale.
Después de que traigan la comida y comamos, ella se va a la ducha y yo me pongo el pijama.
-¡Erik!- grita ella.
-Dime- grito.
-No tengo toalla, ¿me puedes traer una?
-Sí claro.
Cojo una toalla y antes de entrar reflexiono, estará sin ropa. Sven me mata.
Me tapo los ojos y abro la puerta.
-Toma.
-Gracias, ¿tienes otra toalla más pequeña para el pelo?
-Creo que sí, ¿Puedes taparte? Para entrar.
-Ya lo he hecho- ríe a carcajadas.
Entro destapando los ojos y la veo. Es preciosa, vale que a mi amigo le guste, pero tengo ojos en la cara.
Abro el armario y le tiendo una toalla.
-Gracias, ¿sabes?
-¿El qué?
-Que ya he tomado una decisión- se va acercando a mí poco a poco.
-¿Ah si?- retroceso y me topo con la pared.
-Sí.
Aquí dentro hace demasiada calor, entre todo el vapor que hay y ella provocándome.
-¿Y cuál es?
-No sé si él chico querrá pero yo si desde que lo ví hace unas horas.
Y me besa, sí, me está besando. No puedo negarselo, ella también me ha gustado.
-No podemos hacerle esto a Sven, no me lo perdonaría Alexandra- digo entre besos.
-Ya lo sé Erik, de él ya me encargo.
-Prometeme que no se lo vas a decir.
-Noo.
Después de un rato así, ella se va a la habitación a vestirse y yo a la mía a dormirme.
Aunque de dormir nada, no me quito de la cabeza lo que ha pasado.
Voy a la cocina a beber agua, cuando veo a alguien en el sofá.
-¿Alexandra? ¿Qué haces aquí?
-No podía dormir, ¿y tú?
Me siento a su lado, lleva puesto una camiseta de tirantes negra con unos pantalones cortos blancos.
-Tampoco.
Permanecemos en un silencio incómodo durante un rato, pero me atrevo a preguntarle algo.
-Oye Alexandra.
-Llamame Alex o Ale.
-Oh vale, pues Alex, ¿cómo es que has acabado de opinión de repente?
-Pues verás, desde hace yo tiempo sentía que lo de Sven era atracción, y es lo que es, y prefiero no hacerle daño.
-O sea, ¿qué yo también soy una atracción para ti?
-¡No! Aún es pronto, pero creo que empiezo a sentir algo por ti.
La abrazo, y ella se desahoga.
-No quiero hacerle daño Erik.
-Tranquila, tranquila.
Al día siguiente
-Buenos días Alex- la beso en los labios.
-Buenos días, gracias por lo de anoche.
-De nada, ya sabes que estoy ahí para todo. Te he preparado el desayuno.
-Gracias- sonríe- hablaré con él y bueno...
-Te doy mi número de teléfono, ¿vale? Con cualquier cosa, me avisas.
-Vale, te doy también él mío.
Tras intercambiarnos los números de teléfono, ella decide quedarse en casa mientras yo voy al entreno.
Cojo las cosas, me despido de ella y me voy al Dortmund Brackel Training Ground, donde entreno.
Al llegar me pongo a hablar con Marco Reus, es un gran amigo para mí.
*~*
-Tíos, os tengo que contar una cosa- comenta Sven mientras que estamos cambiandonos.
-Que ya no este por ella, que ya no estoy por ella- rezo en mi mente.
-¿El qué?- pregunta Aubemeyang.
-Estoy enamorado de Alexandra y quiero pedirle salir.
Escupo todo el agua que tenía en la boca.
-A tomar por culo- pienso- Alex la hemos liado.