Esta noche.

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- Mark, ¿qué haces aquí? - dije tratando de no quebrarme.
-No has contestado a mis llamadas.
-Si, lo sé. No estoy en humor para hablar.
-JA- suelta a manera de suspiro, tratando de controlarse- nunca lo estás últimamente.
-Es solo que...
-Ha estado pasando mucho, sí. Ya me sé la excusa.
-Yo... No es una excusa.
-Claro. ¿Entonces por qué no me puedes contar "todo lo que ha estado pasando? EH?! O ¿POR QUÉ NO ME PUEDES CONTAR DE ESTE NUEVO CHICO?!
-¿Qué con él?, no es nadie. Solo un nuevo amigo.
-Un nuevo amigo- repite incrédulo, su cara se va transformando poco a poco.
-¿CUÁL ES SU PUTO NOMBRE?- grita muy cerca de mi cara, haciéndome saltar un poco, mi cabeza está baja. A decir verdad siento vergüenza de que en solo un día con este nuevo chico sintiera tantas cosas. De pronto lo que más temía pasó, uno de los pequeños bultos en el suelo se levantó, era una mujer, su cintura la delataba claramente, y a pesar de que estaba oscuro sentí una mirada de enojo de parte de ella hacia Mark. La chica se acercó con los puños cerrados hacia nosotros. Mark observaba detenidamente cada uno de sus movimientos.
De pronto un pequeño rayo de luz alumbró la cara de la muchacha. Mierda! Era Sarah. Su pequeño cuerpo estaba repleto de furia, sabía que en algún momento todo explotaría. Se hizo camino hacia nosotros, esquivando a los demás cuerpos en el suelo.
-Sarah, ¿qué haces? Creí haberte dejado en tu cuarto. - fui ignorada totalmente.
-Con que ella es la famosa Sarah, la mejor amiga de mi amor eterno. Tengo que decir, te imaginaba de otra forma, pero pareces tan.. Delicada- soltó, provocándole.
-Hey, hey! No le hagas caso. Escúchame, no hagas nada estúpido, por favor.
-TÚ...- soltó por fin- TÚ HAS LASTIMADO A MI AMIGA, LE ROMPISTE EL CORAZÓN, LA HAS ATRAÍDO A TU MALDITO JUEGO, ¿CREES QUE NO SÉ QUE ES ELLA QUIÉN HA ESTADO MATANDO? POR FAVOR! LA CONOZCO COMO A LA PALMA DE MI MANO, PERO TÚ, NO TIENES PERDÓN.
Y NO TIENES DERECHO DE VENIR A ESTA CASA A GRITARLE, LARGATE! AHORA.
-gritó desesperada y enojada justo frente a él, Mark la miró sin expresión alguna, parecía que se había quedando sin palabras, pero de pronto... sonrío. Oh no, conocía esa sonrisa pintada en su rostro.
-CORRE!- grité mientras la empujaba fuera del alcance de Mark, quien ya había tomado un cuchillo y comenzaba a lanzar golpes con este. Logré esquivar uno, dos, tres, pero el cuarto me rozó el brazo izquierdo. Bajé la mirada a la herida, no había sido tan roce como pensaba, pero la adrenalina de salvar a mis amigos me impedía sentir dolor, voltee a la sala. Ninguno de los cuerpos que dormían ahí se encontraban- Bien- pensé, sin embargo Mark tampoco estaba ahí.
-OH SARAH, VEN A MI CARIÑO, ¿NO ESTABAS DESESPERADA POR SACARME DE LA VIDA DE TU AMIGUITA?.-escuché en el segundo piso.
Alguien definitivamente morirá esta noche.

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