Aroma

VI

Del frágil mundo de los aromas: la voz de mando solo es eficaz entre compañeros. 

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La ropa deportiva no era la favorita de SeokJin, le gustaba ponerse el pantalón de chándal solo para quedarse acostado en el sillón o en su cama, era demasiado cómodo y no tenía que preocuparse porque alguien lo encontrara en pijama. Era una lastima que en esa casa no lo comprendieran.

El delta sentía como su respiración poco a poco comenzaba a agitarse, su condición física era un asco y estaba demasiado avergonzado de dejarle ver eso a JungKook. El alfa trotaba grácilmente junto a él, parecía que incluso iba flotando sobre la gravilla del sendero del parque mientras las hebras de su cabello oscuro bailaban con el viento, sin una gota de sudor en su rostro parecía un dios ateniense. Mientras que el propio SeokJin estaba seguro de que no se veía así de bien.

—Respira primero por la nariz, no lo hagas por la boca —le recordó amablemente el alfa.

SeokJin se mordió el labio inferior en un intento por mantener la boca cerrada. Solo que era difícil, era su segundo día haciendo ejercicio en el parque con el alfa. Y estaba seguro de que JungKook tenía muy buena resistencia y tal pero ¿no estaba aprovechándose de ser un alfa para agotarlo? Llevaban media hora trotando y corriendo, mientras que él era puro sudor, una cara caliente y unos músculos cansados, JungKook seguía fresco.

—¿Podríamos regresar ya? Me toca hacer el desayuno.

—Claro.

El parque más cercano a su casa era relativamente pequeño, el circuito para corredores debía medir 3 kilómetros, un camino algo estrecho lleno de tierra fina, rodeado en el lado exterior por una franja de árboles que en esa época comenzaban a alistarse para el otoño. Pese a lo que Jin creía había muchas personas corriendo, otras iban en bicicleta e incluso estaba un grupo de mujeres en el centro con una bocina y música.

Al ser temprano la niebla formaba bancos en las partes más densas donde los árboles habían crecido uno junto a otro, la luz grisácea del amanecer lo hacía sentir en una película de terror, a lo lejos la música del grupo se desvanecía. Ni siquiera podía ver si había más personas frente a él o detrás.

SeokJin estaba ansioso por terminar esa vuelta y dirigirse a casa, un chocolate caliente y unas galletitas calentarían su cuerpo de forma más agradable que el ejercicio.

—JK qué te parece si... —la voz de SeokJin se hizo gradualmente más baja hasta convertirse en un murmullo. Junto a él no estaba el alfa, solo la densa niebla que le impedía ver más allá de treinta centímetros.

Llevaban media hora recorriendo ese camino y en ningún momento estuvo así ¿Qué había pasado? No podía estar perdido y probablemente JungKook estaría ahí a unos metros de distancia.

—¡JungKook!

Jin estaba seguro de haber gritado usando todo el aire de sus pulmones pero sentía que su voz simplemente fue atrapada por la niebla. Empezó a caminar hacia el frente, sintiendo como un sudor frío le recorría la espalda. Comenzaba a asustarse, no podía perderse en un parque tan pequeño ¿cierto?

Una figura oscura comenzó a tomar forma frente a él, parecía una persona hincada. SeokJin entonces avanzó más rápido, feliz de encontrarse con alguien. No obstante, mientras más se acercaba era más evidente que lo que estaba frente a él no era una persona. Era un lobo con las orejas echadas hacia atrás. Jin ahogó un grito, se cubrió la boca con ambas manos y se detuvo tan quieto como pudo en su lugar. No debería haber ningún lobo en el parque, transformarse en las ciudades era un delito. Lo último que deseaba era averiguar que hacía esa persona frente a él. ¿Cuánto tiempo le tomaría retroceder hasta salir de ese banco de niebla?