Capitulo 1

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El ruido del despertador irrumpió en el silencio de la habitación. Jared alargó su brazo con desgana para apagarlo. En realidad no le había despertado, llevaba mucho rato despierto, para ser sinceros prácticamente toda la noche, toda la noche sin dormir... otra más...

Se sentía agotado, física y mentalmente, en poco más de una hora debería estar listo para ir a trabajar, estaban a mitad de la temporada y el rodaje iba un poco justo de tiempo, se preguntaba cómo se lo tomarían si llamaba hoy excusándose por alguna razón, algo así como el fin del mundo... "No creo que cuele...". Dio un hondo suspiro y se giró para no ver la hora, cubriéndose con las sábanas hasta la cabeza.

Jensen se había levantado hace rato, en realidad no le costaba madrugar. Se dio una ducha rápida, se arregló y bajo directamente a la cocina. No le costaba madrugar, cierto, pero no era persona hasta que tomaba su primer café. Justo antes de entrar en la cocina se topó de frente con Hurley y Sadie que le miraban expectantes, lo cual le extrañó ya que ha estas horas deberían estar fuera con Jared.

~Que pasa chicos? Aún no habéis salido?
Como respuesta ambos gimotearon caminando nerviosamente de él hacia la puerta.
- Así que vuestro dueño hoy se ha hecho el remolón... en fin, dejadme un minuto que pongo la cafetera y estoy con vosotros.

Se giró de nuevo hacia la puerta y entró en la cocina. Puso en marcha la cafetera y miro el reloj. No era tarde, pero como Jared no espabilara se iba a ir sin desayunar. Cogió las llaves, la chaqueta y las correas de los perros y se dispuso a salir por la puerta.

- Vamos chicos! Jay!!!!- grito antes de salir - Vamos tío es tarde! Voy a sacar a los perros...el café ya está puesto!...- y salió por la puerta sin esperar contestación. Llegó a casa después de unos veinte minutos, dejó las cosas en la entrada y fue a por su ansiado café, esperando encontrarse con Jared en la cocina. Le iba a echar la charla, ya le había dicho cuando fueron a vivir juntos que los perros eran cosa suya, y aunque disfrutaba de ellos, le encantaban realmente, no le gustaba nada perder esos veinte minutos que hubiera dedicado a disfrutar de su café relajadamente. Entró en la cocina y allí no había ni rastro de Jared, no que no estuviera, si no que claramente ni había pasado por allí.

"Este tío es tonto, como nos echen la bronca por llegar tarde no pienso cubrir", pensó mientras subía las escaleras de dos en dos en dirección a la habitación de Jared. - Jared!!! Espabila tío, quedan veinte minutos para que nos vengan a buscar!!! - Abrió la puerta de golpe para encontrarse la habitación aún a oscuras y a Jared en la cama tapado completamente. Le retiró la ropa de la cara y Jared quedó boca arriba cubriéndose la cara con las manos mientras exhalaba un fuerte suspiro.

- Jay tío, estás bien?, preguntó Jensen con gesto preocupado al verlo.
- Si, solo una mala noche. Lo siento - dijo retirando las manos y con una cierta expresión de tristeza. - Dame cinco minutos y estoy listo, vale?
- Ok, te espero abajo. - murmuró Jensen- En serio estás bien?
- En serio..- dijo ofreciéndole una débil sonrisa.

Jensen bajó de nuevo a la cocina pensando en Jared, últimamente no parecía él, se le notaba triste, sin la energía que le caracterizaba, en el trabajo rodaba sus escenas y se retiraba casi inmediatamente al trailer hasta que volvía a requerirse su presencia, los compañeros ya le habían preguntado alguna vez si sabía lo que le pasaba, pero realmente no tenía ni idea. Jared no le había comentado nada y era raro porque ellos se contaban todo.

Llegó a pensar si sería una recaída por su ruptura con Sandy, pero lo desechó casi inmediatamente, ya había pasado bastante tiempo y parecía haberlo superado bastante bien. En eso estaba pensando cuando la puerta de la cocina se abrió y apareció Jared.

- Hey... me da tiempo a un café? Realmente me hace falta..- dijo en un susurro a la vez que se giraba rápidamente hacia la encimera dándole la espalda a Jensen.
- Si te apuras...- Jensen observó a Jared, le había visto la cara al entrar, realmente lucía mal. Unos cercos oscuros rodeaban sus ojos, ahora de espaldas, sus hombros se veían hundidos, se le notaba más delgado. Definitivamente algo no iba bien y su amigo no le decía que era. Pues bien, si no se lo decía por las buenas, tendría que sacárselo o en todo caso algo inventaría para animarlo. No podía seguir viéndolo así.

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