Capítulo 15

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Capítulo 15



En el salón, todos estaban ya esperándolos sentados. Los dos cabezales de la mesa, reservados para los señores Padalecki, Jeff y su esposa a un lado y Megan en frente de su hermano mayor, el asiento al lado de esta era el habitual de Jared, pero su hermanita estaba emocionada por la visita del guapísimo compañero de trabajo de su hermano, su madre había tenido que prohibirle expresamente que hiciera ninguna llamada a sus amigas, así que prácticamente se lanzó a por Jensen nada más entrar por la puerta, llevándolo de la mano hasta la silla contigua. El rubio le dedicó su mejor sonrisa para luego volverse a su amigo con gesto contrito provocando las risas de este que les observaba divertido.



Jared estaba eufórico, toda esa energía tan habitual en él y que últimamente parecía desaparecida, se había desatado por la emoción de ver a Jensen. Reía, hablaba, bromeaba y comía como si hiciera años que no lo hacía, todos le miraban atónitos. Jensen le miraba y sentía como la felicidad de su amigo le contagiaba, atravesando cada centímetro de su piel. No podía dejar de admirar el brillo de los ojos grises quizás, o tal vez hoy marrones, de su amigo, Le fascinaba aquella capacidad que tenían para cambiar de color según la luz o el estado de ánimo de Jared, al igual que le fascinaban aquellos hoyuelos que se marcaban en su rostro cuando reía como ahora. Un enorme sentimiento de cariño se afincó en su pecho y no fue capaz de resistir la necesidad de tocarle, solo para estar seguro de que aquello era real.



- J.T. cariño. Qué te ha dado hoy? - regañó suavemente su madre. Todos rieron por lo bajo haciendo sonrojar a Jared que se dedicó, más que nada por desviar la atención, a servirse por tercera vez de la fuente del delicioso puré de patatas de su madre.


- J.T! Deja un poco para los demás! Jensen casi no ha comido. - Jared se quedó inmóvil cual estatua después del grito de su madre, sintiendo como sus mejillas se sonrojaban aún más. Vale, se estaba pasando un poco, Jensen iba a pensar que era idiota.



- Lo... lo siento mamá. Jensen, quieres? - preguntó disculpándose resignado. El rubio no pudo evitarlo, Jared lucía tan adorable con esos ojillos de cordero degollado y rojo como un tomate. No pudo hacer nada por evitar reírse y con él, el resto de la mesa. Su amigo le miró con odio y una mueca que Jensen entendió enseguida como un "te vas a enterar", que solo le provoco más diversión.



- Lo siento Jay, gracias, no me apetece más - contestó divertido a su amigo que seguía con la fuente en la mano mirándole como si estuviera valorando la posibilidad de volcársela por encima de la cabeza. Finalmente optó por dejarla de nuevo en la mesa y quedarse un rato calladito a ver si todos se olvidaban de él. Pareció dar resultado porque la conversación se centraba ahora en el trabajo de Jeff y los chismes del hospital, el único que no se había olvidado de él era Jensen, que llevado por ese sentimiento protector cada día mas presente en su cabeza, deslizó su mano sobre la rodilla de su amigo, dándole un ligero apretón, pidiéndole disculpas con el gesto.



Jared tuvo que hacer acopio de toda su fuerza de voluntad para no brincar en el asiento, después de recuperarse, puso la suya sobre la de su amigo, acariciando su dorso con el pulgar. Pasaron así la sobremesa, ya casi sin intervenir en la conversación, centrados cada uno en la mano del otro y en lo que la cercanía mutua les ofrecía.



Por la tarde decidieron salir, La familia Padalecki era genial, pero parecían ser todos poseedores de aquella energía inacabable que agotaba a todo el que no fuera uno de ellos. Después de cambiarse de ropa, optando los dos por algo cómodo y fresco, que venía siendo unos vaqueros y una bonita camiseta de pico para Jared y una camisa negra, arremangada y el mismo tipo de pantalón para Jensen, ambos estaban a las seis sentados en el coche de alquiler del rubio.

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