Capítulo 4

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Jensen conducía en silencio. Lanzaba miradas furtivas hacia Jared que permanecía con los ojos cerrados y la cabeza recostada en el cristal de la ventana. No sabía como abordar a su amigo, todavía estaba sorprendido por la amargura de su voz cuando se dirigió a él en el exterior del local. No sabía por que Jared estaba molesto con él, porque si algo empezaba a tener claro, era que todo esto giraba en torno a él y no tenía ni idea de por qué. Encendió la radio y dejo los acordes de su grupo favorito sustituyeran el incómodo silencio que sentía en el coche.



Jared cerró los ojos nada más montar en el coche, apoyó su frente contra el cristal, con la esperanza de que el frío que pasaba a través del mismo, aliviará el intenso dolor de cabeza que había terminado asaltándole. No quería mirar a su amigo, notaba su mirada sobre él y no quería tener que volver a enfrentarle. Cuando escucho la música empezar a sonar, suspiró aliviado e intentó concentrarse en calmar el malestar que sentía por todo su cuerpo y que notaba, que por minutos, iba en aumento.

Jensen apagó el motor y se volvió hacia su amigo. - Vamos Jay, ya estamos en casa - Jared permaneció inmóvil un momento más. Abrió los ojos y se incorporó en su asiento. Notó como todo giró a su alrededor y volvió a cerrar los ojos, agarrando con fuerza el reposabrazos del asiento.

- Creo que no puedo...- dijo con voz lastimera.


- Oh Dios, Jay...qué voy a tener que hacer contigo...



Jensen salió del coche y lo rodeó hasta llegar a la puerta del copiloto, la abrió y ofreció su mano a Jared. - Venga vamos.. apoyate en mi - Jared se agarró a su brazo y salió del coche. Jensen rodeó la cintura de su amigo y le sujetó con firmeza guiándole hasta la puerta de la entrada. Una vez en casa, le llevó hasta la barra de la cocina y le hizo sentarse allí. Jared apoyó sus brazos en la encimera, agradecido de la estabilidad que esta le proporcionaba. Estaba pálido y sudoroso. Jensen tocó su frente para ver si tenía fiebre.

- Está bien, quédate aquí un momento mientras te preparo algo que te alivie - le dijo a la vez que rodeaba la encimera y se ponía a revolver en los armarios, buscando con que preparar una infusión. Jared asintió con un movimiento errático de la cabeza, incapaz de decir nada. Jensen siguió a lo suyo cuando un fuerte golpe le sobresaltó, se giró sobre sí mismo, y Jared ya no estaba allí, el taburete había caído contra el suelo y solo alcanzó a ver la sombra de su amigo entrando a la carrera en el baño. Corrió tras él y cuando llegó le encontró de rodillas, abrazado a la taza vomitando como si le fuera la vida. Jensen le sujetó la frente con una mano, mientras que con la otra, acariciaba su nuca y sus hombros intentando tranquilizarlo.



- Ya está... vamos, echalo todo. Te encontrarás mejor... - Jared permaneció así un rato, por fin dejó de tener arcadas. Jensen le ayudó a sentarse, apoyándolo contra los azulejos de la pared. - No te muevas, vengo enseguida,,,- Jensen salió del baño y fue a la cocina a por unos paños; pasó por la habitación de Jared y recogió su pijama y luego regresó de vuelta junto a su amigo. Mojó los paños en el lavabo y colocó uno en la nuca de Jared y con el otro refrescó su cara. Jared seguía con los ojos cerrados.

- Te encuentras mejor?-, Jared asintió con la cabeza y con un amago de sonrisa, contestó: - Un poco..


- Venga, pues arriba! - cogió de los brazos a su amigo y lo puso en pie. - Lavate los dientes y te ayudo a cambiarte -. Jared hizo caso a su amigo, aparte del malestar físico, se encontraba mal por como le había hablado antes. Él era su amigo y se preocupaba por él, le cuidaba y estaba siempre que le necesitaba. No tenía derecho a reprocharle nada y menos cuando su amigo no era culpable de lo que sentía por él. Y él había sido un imbécil, echándole cosas en cara que no tenían razón de ser.


Jensen término de ayudarle con el pijama y le acompañó hasta su habitación.



Jared se sentó en la cama y le acomodó la espalda contra el cabecero. Jensen se sentó frente a él, con una rodilla doblada sobre la cama, rozando el muslo de Jared, y su pierna derecha colgando por el borde de la misma. Miró fijamente a Jared y este desvió la mirada hacia la ventana, por la que se colaban los reflejos de las luces de la calle.

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