Recuerdos ciclisticos

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Desperté y no sabía qué hacer. Sabía que debía ir a clases y alistarme... Pero no podía.

Mi hermano no estaba, lo sabía porque escuche cuando se lo llevaron a las 3:00 de la mañana.

Fui al baño a arreglarme para luego bajar a tomar una manzana e irme. Papá no estaba y mamá estaba dormida, así que nadie notó cuando me fui.

***

— Buenos días clase. —dijo el profesor de ciencias.

Eso fue lo único que escuché de toda la clase.

Estaba dibujando un pájaro en la última hoja de mi libreta cuando sentí que una pelota de papel me golpeó la nuca.
Voltee a ver quien había sido, y vi a Brandom, quien me hacía señas para que lea el papel. Cuando lo abrí decía «Hola. ¿Qué tal?».
Puse mis ojos en blanco y una sonrisa. Escribí «Bien... ¿Qué tal la bicicleta?» para luego arrojárselo.
Noté que rió cuando abrió el papel.

Brandom es un amigo de la infancia. Nos conocimos porque él vivía con sus padres y su abuela frente a mi casa, pero se mudó porque su padre consiguió una oportunidad para comprar una casa y poder dejar a su abuela más cómoda... Y lo de las bicicletas es porque cuando éramos niños nos dimos cuenta de que ninguno de nosotros sabíamos andar en una porque nuestros padres no tenían tiempo para eso, así que aprendimos juntos.

Recuerdo que yo le gustaba antes de que se mudara, pero supongo que ya no porque ha pasado mucho tiempo de eso.

Recibí un mensaje que me sacó de mis recuerdos y encendí mi celular cuidadosamente para que el profesor no lo notara. Lo puse dentro de mi cartuchera. Era de Brandom.

Brandom: Hablar por notas es algo anticuado, y... Creo he mejorando haha, ¿y tú?

Yo: Hahaha eso está muy bien, pero en mi caso no he «practicado» más, así que no lo se...

Brandom: Oh waoh. Eso es algo irónico viniendo de la niña «Debemos practicar todos los días. ¡Esto es lo mejor! Wiiiiiii.»

Puse mis ojos en blanco y reí para mis adentros.

Yo: Pues no es mi culpa que haya crecido y no me hayan comprado otra. Si no estaría haciendo un campeonato de ciclismo y hubiera dejado el colegio —ironicé.

La clase terminó y esperé que Brandom saliera para terminar la conversación.

Brandom se acercó a mí con el teléfono encendido mostrándome la conversación mientras caminaba hacia mi dirección levantando una ceja y yo reí.

— ¿Ciclista profesional? ¿De veras? —me dijo aguantando una carcajada.

— Claro. En estos momentos me estaría entrenando para el tour de Francia —dije alzando mi mentón esbozando una sonrisa.

— Bueno, eso lo veremos mañana a las 5. Adiós— me dijo de la misma forma que yo se lo dije e hice una carcajada mientras lo veía salir por las puertas del colegio

Espera... ¿¡QUÉ!?

¡No sé si podré ir a verlo mañana! ¿Y si tengo que cuidar de mamá? Agh, odio esto.

Si lo cuento nadie lo creería porque todos tienen la estúpida idea de que los Patterson somos la familia perfecta porque papá es un gran empresario y mamá la mujer más hermosa y humilde de este planeta "en sus momentos". ¡Agh!.

***

Llegué a mi casa y mamá estaba haciendo de cenar tarareando una canción mientras yo caminaba hasta mi habitación...

¿Que acabo de decir?

Bajé rápidamente las escaleras y efectivamente. Mamá tenía una sonrisa mientras hacía la cena. ¿Que?

Entré a la cocina y para asegurarme de que esto no fuera un sueño frote mis ojos con fuerza.

Mamá se dio vuelta y dio un pequeño brinco.

— Oh Melanie. Cariño me asustaste —me dijo mientras esbozaba una sonrisa y volviendo a cocinar.

— Lo... ¿Siento? —dije algo confundida.

Mamá no tiene resaca. Este es un evento que no pasa muy seguido. Preferí no decir nada y sentarme ya que al parecer estaba de buen humor.

— ¿Cómo te fue hoy cariño? —Preguntó esbozando una sonrisa.

— Bien, creo —Dije.

Debo aprovechar esta oportunidad para preguntarle a mamá si podría salir con Brandom mañana. Ya que al parecer lucía... Estable.

— Me alegro, hija.

— Mamá, ¿recuerdas a Brandom?

— ¿El chico que vivía en frente?

— Sí, él.

— ¡Pero cómo olvidarlo! Recuerdo que se la pasaban juntos.

— Si —dije recordando y una sonrisa involuntaria salió de mis labios— Bueno el me invito mañana a salir, ¿podría ir?

— ¡Claro que si nena! —dijo con una sonrisa en su rostro.

Estaba tan emocionadaque no lo podía creer. Pero mi emoción exploto como un globo en mi rostrocuando recordé que no era psíquica para saber el estado de mi madre mañana.

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Holaaa, espero les haya gustado este capitulo. Y si fue así opriman a la hermosa estrellita de allí :3. ¡Gracias por leer!

No miren detrás de las cortinas.© #CryBabyAwardsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora