Capítulo XVII

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~ En el anterior capítulo ~

¿Adónde cree que estas yendo con mi hija?

Ella nos ayudaría con la investigación. Además, usted la dejo a nuestro cuidado —respondió sin voltearse a verlo.

Y gran trabajo que han hecho—dijo irónico—. ¡Es por su culpa que no está pudiendo caminar! —exclamó furioso—. Si le pasa algo más, olvídate de volverla a ver.

Está bien... —dijo y sin más salió de la habitación seguido de Oz, Alice y Sharon.

Narra _____

Estábamos en un bosque, muy lejos de la cuidad Reveille. El camino no era muy seguro. La señorita Sharon se había caído unas tres veces; yo por suerte no. Aiden me cuidaba, no por voluntad propia pero lo hacía. Y las cosas con Gilbert dejaron de estar tensas, hablamos en el carruaje que nos acercó hasta este lugar y solucionamos el problema que "nosotros" habíamos iniciado. Éramos guiados por un tal Glooner, subordinado de mi señor padre.

— Amo Oz, hemos llegado —informo Glooner.

Al frente nuestro estaba una mansión en un estado lamentable. El tejado estaba en condiciones deplorables, varias ventanas rotas y la fachada sucia y con enredaderas que debieron crecer con el tiempo. A paso seguro, debido a mi estado, nos acercamos más aun a la mansión.

— Wow. Parece una mansión embrujada de las que salen en los libros. —comento Oz.

Caminamos un poco más y después nos detuvimos por unos instantes. La señorita Sharon comenzó a hablar con Glooner, al igual que Gilbert y Oz empezaron a dialogar ente ellos. Por otro lado, la señorita Alice estaba de oyente entre los dos últimos mencionados. En ese lapso de tiempo, mire a Aiden de reojo. Aún estaba algo triste y era normal después de haber leído tan horrenda carta.

— Aiden... —la llame pero no me escucho—. Aiden —la volví a llamar solo que esta vez más fuerte.

— ¿Eh? —me miro—. Lo siento señorita Barma, estaba sumergida en mis pensamientos. ¿Necesita algo?

— No, pero me preocupas. Desde que hablaste con mi señor padre estuviste deprimida...

— Bueno... Sí, me afecto mucho. Después de todo, viví engañada —forzó una sonrisa.

Le devolví la sonrisa, tratando de reconfortarla. La curiosidad de saber que le dijo mi padre era grande, pero preferí ya no preguntar ni mencionar nada por temor a que llorara. Mi mirada volvió al frente y pude ver que la puerta principal de la mansión se abría sola. Todos voltearon a ver la puerta, sorprendiéndose por como "mágicamente" se abría.

— Oh... ¿Acaso nos están invitando...? —dijo Alice con una sonrisa socarrona—. ¡Sí que son valientes! ¡LE ROMPERÉ LA NARIZ A ESE MENTADO ALQUI-TONTO! —exclamo molesta y con los brazos ligeramente levantados.

— ¡Alice! —dijo Oz tratando de calmarla.

Aiden, ya un poco animada, y yo nos miramos algo confundidas. Pero no paso ni un minuto y explotamos de risa por el coraje de la señorita Alice. Las ocurrencias de ella son muy graciosas, a veces quisiera tener esas ocurrencias. Nuestras risas fueron lo suficientemente fuertes para llamar la atención de Gilbert, quien me miraba cariñosamente logrando que se me coloquen lo pelos de punta y un ligero sonrojo apareciera en mis mejillas. Camino hacia nosotras y le dijo a Aiden que ahora él me llevaría. Ignorando mi mirada nerviosa Aiden se fue dejándome sola con Gilbert. Entramos juntos a los demás a la mansión. Dentro de esta todo se encontraba en oscuras, solo la tenue luz de la ventana alumbraba el interior pero no en su totalidad.

Es mejor dejar el pasado y pensar en el futuro [Pandora Hearts]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora