Hipotéticamente Enamorada | YA EN FÍSICO POR EDITORIAL NARANJA

Capítulo 9

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Frunzo el ceño, desconfiada.

Respiro hondo, en un absurdo intento de evitar golpearlo con lo primero que tenga a mano. ¡Es que pierdo la paciencia con este hombre!

—Esto tiene que ser una broma —mascullo entre dientes.

Él sonríe.

— ¿Puedo pasar?

Con el ceño fruncido abro la puerta dejando espacio para que su cuerpo se adentre. En este momento tengo muchas preguntas apareciendo en mi mente.

— ¿Cómo sabes dónde vivo y qué se supone que haces aquí? —cuestiono molesta viendo a Le'Brun moverse por mi cocina como si fuera dueño y señor de casa. Eso me molesta aún más, no hay nada que me caiga tan como patada al hígado que personas confianzudas.

El castaño voltea y me sonríe de lado para luego volver a su tarea.

Es entonces cuando salgo de mis ensoñaciones y camino hacia él. Intento empujarlo fuera de mi cocina aunque él ría como si estuviera haciéndole cosquillas siendo que estoy golpeando su pecho.

Mientras intento inútilmente echarlo de manera sutil, él ya termina su cometido, toma los dos platos que rellenaba anteriormente y camina hacia la sala. Suspiro.

De acuerdo. ¿Y este quién se cree que es para caminar como don Juan por casa?

—Conociéndote seguro ibas a dormir sin haber comido nada —pone dos platos en la mesa de vidrio y toma asiento.

Hace una señal con la mano, incitándome a probar la comida. Niego con la cabeza decidida a no probar un bocado hasta que mis dudas sean resueltas.

— ¿Cómo sabes dónde vivo? —cuestiono nuevamente, cruzándome de brazos.

Su mirada recorre mi cuello y el comienzo de mis pechos que se encuentra a duras penas cubierto por mi pijama de seda.

Carraspeo.

—Mis ojos están aquí arriba, imbécil.

Me sonríe y se dispone a comer una porción.

—Fue fácil. Llamé a Logan para que me pase el número de tu amiga y luego de prometerle que no iba a meterme con ella, lo conseguí. Entonces, hablé con ella y le pedí tu dirección. Nuevamente tuve que prometer algo —bufa por lo bajo y continúa—: Tu amiga es amenazante cuando quiere.

No lo discuto. Ally puede dar miedo cuando se lo propone.

—No puedo creer que le haya dado mi dirección a un desconocido —murmuro para mí misma.

Le'Brun levanta una ceja y niega con la cabeza.

—Tengo dos cosas que decir. La primera es que no soy un desconocido y la segunda es que ella estará pendiente de ti.

El sonido de un mensaje entrante corta con el confuso silencio que se formó luego de su respuesta. Veo el nombre y me sorprendo al ver que se trata de mi amiga.

Ally: ¿Todo bien?

Scarlett: Voy a matarte.

Ninguna de las dos agrega más.

— ¿Era ella, verdad?

Asiento en respuesta y él ríe suevamente.

—Dijo que si no respondías al mensaje luego de cinco minutos llamaría a la policía.