Sesenta y uno

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No suelo ponerme celoso por cualquier estupidez ni menos siendo a partir de alguien a quien ni siquiera conozco completamente. Pero esta vez no pude evitar molestarme con Jade.
No la culpo porque es nueva y no conoce bien a la gente, pero es que solamente con una mirada cualquiera puede darse cuenta de lo tacaño que es David.

—Así que te gusta David —dije.

—Saldremos —contestó J—. Supongo que sí.

—Ya.

—Bien, ¿qué tal si vemos la película? —dijo Chris para calmar las tensiones.

Y así es como uno se va dando cuenta de lo superficiales que pueden llegar a ser las mujeres.

Verde JadeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora