capitulo 4

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  Capitulo 4

Era casi de noche cuando salí de los vestidores después de nuestra sesión de entrenamientos, después de una ducha rápida. Mi pelo aún estaba mojado, pero ¿por qué molestarme en secarlo? Sólo iba a ir a casa. ¿Quién lo iba a ver?

Salté hacia abajo de las escaleras, tarareando para mí misma mientras llegaba a el suelo.

— ¡Espera!

De inmediato me detuve y me di vuelta a tiempo para ver a Jax correr detrás de mí. Su mochila estaba en un hombro, y su bolsa de deporte por encima del otro. Su pelo mojado se paraba por la ducha.

—¿Qué pasa? —Cambié mi peso y jugueteé con la correa en mi bolsa.

—¿Dónde vas? —él cayó cerca de mí, y comencé a caminar de nuevo.

—A casa. ¿Y tú?

—Mi hermana me va a pasar a buscar en la tienda de helados de la calle de abajo. Ella va a llegar tarde hoy, así que pensé en tomar algo de comida ahí y estudiar hasta que ella llegue.

—Eso está en mi camino a casa. Camino derecho más allá de ahí. —¿Qué tan a menudo él pasaba por ahí? ¿Había caminado junto a él otras veces y no me había dado cuenta? ¿Qué tan extraño sería eso?

—¿Caminas hasta tu casa? —preguntó él.

Asentí. —Es sólo un paseo de diez minutos. Funciona para mí.

—Genial.

Nos quedamos en silencio, y me di cuenta del crujido de las suelas de sus zapatillas, y también me di cuenta de que igualaba mis pasos a los suyos. Inmediato cambie mi modo de andar a un ritmo diferente. —Entonces, me gustó ese nuevo ejercicio uno a uno que hicimos hoy.

Él me agarró del brazo cuando estaba a punto de cruzar la calle, moviendo la cabeza hacia un coche que iba a venir. —Mi hermano juega fútbol en la universidad y él me contó sobre él. Le pregunté por algunos ejercicios la otra noche.

Su mano estaba caliente alrededor de mi brazo y no pude parar de notarlo.

El coche pasó, él dejó caer su mano, y cruzó al otro lado de la calle, todavía divagando sobre fútbol. Corrí detrás de él para alcanzarlo, tratando de enfocarme en lo que estaba hablando.

Pero todo en lo que podía pensar era en el hecho de que Beth y Sara pensaban que él era sexy. Y que me había agarrado el brazo.

Él se detuvo de pronto y casi tropecé con él. —Así que, ya estamos aquí. ¿Vas a parar por un poco de helado o vas directo a casa?

—Helado. —Solté—. Voy a tomar un poco de helado.

Dejó caer sus bolsas en el banco desocupado del frente. Había mucha gente en el interior, sobre todo familias y niños pequeños. Todas las mesas estaban ocupadas, tanto dentro como fuera, y todo lo que quedaba era esta banca. Había música que escapaba desde debajo del toldo de color verde con rayas blancas, pero yo no la reconocía. Sonaba como el tipo de música que mis padres escuchaban. —Voy por el helado. El hombre detrás del mostrador tiene un hermano en el equipo de fútbol, y nos permite que pasemos la fila. ¿Qué quieres?

—Una copa de chocolate con mantequilla de maní Reese sería asombroso.

Él sonrió. —¿Sin protestas de que estás a dieta y sólo quieres agua?

Solté un bufido. —¡De ninguna manera! ¿De verdad crees que soy esa clase de chica? Estoy totalmente ofendida.

Él me golpeó suavemente en la cabeza. —No te preocupes, sofi, no eres como las otras chicas. ¿Por qué crees que estoy saliendo y practicando contigo? Si fueses como las otras chicas e hicieras todo esas "cosas de chicas" y me acecharas, me habría ido. Eres como... un chico con reflejos en el cabello.

THE BOYFRIEND GAMEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora