Capítulo 10

283 21 2
                                    


El clima esa tarde era más frío que los anteriores, indicios de que el invierno estaba cerca -muy cerca-. Lloviznaba sobre las concurridas calles de New York, las nubes cubrían el cielo anunciando la próxima tormenta.

Castle cerró la puerta de su apartamento tras de sí y se dirigió a la cocina por algo de comer. Acababa de llegar del hospital después de pasar unas horas con Kate. Desde aquella vez que se había quedado a dormir con ella, se había vuelto algo así como una rutina para él. Algo tan normal como si durmiera en su propia cama. Habían pasado ya dos semanas en las que dormía allá cada dos o tres días, haciéndole compañía a su musa y velando sus sueños.

Esa noche tocaba dormir en el loft, pasar un buen momento con su madre y su hija, las cuales siempre lo apoyaban en cada decisión que tomaba. Para él era maravilloso tener a su dos pelirrojas de su lado.

Martha Rodgers bajó las escaleras directo a la botella de vino que Castle acababa de poner sobre la barra americana. La mujer se sirvió una buena copa y observó por unos momentos a su hijo moverse por la cocina.

- ¿Cuándo vas a decírselo? -Preguntó Martha dándole un sorbo a su copa, atrayendo la completa atención de Castle con tan solo esas cuatro palabras.

- ¿Decirle qué a quién? -Él sabía la respuesta a esa pregunta, pero quiso hacerse el desentendido para evitar los consejos de la actriz. No porque no le gustaran, sino porque sabía que eran tan directos como certeros. ¿A quién engañaba? Su madre lo conocía mejor que nadie más.

- ¡Oh, vamos, Richard! Has estado ahí durante semanas y ella no ha sido capaz de verlo. De verte. ¿O sí? ¿Acaso ella ha dado pasos en su endeble relación? -Castle abrió la boca y volvió a cerrarla. Eso era justamente lo que planeaba evitar, fallando miserablemente.

-Madre, por favor. Ella no está en condiciones de aceptarlo o declinarlo. Sigue en terapia -Martha rodó los ojos volviendo a tomar del vino. Richard podía ser un hombre inteligente, agudo, pero para aceptar los errores de Katherine Beckett era un insensato. Era un hombre enamorado, eso estaba comprobado, pero su juicio se había nublado con ese amor.

- ¡Por el amor de Dios, Richard! Tú mismo sabes que lo que dices no es cierto. Que ella esté en terapia no quiere decir que sea incapaz de decirte lo que siente. Si te corresponde o no lo hace. Y aunque me guío más por la opción A -de Amor-, sé que no te lo dirá hasta que tú des el paso. ¿Por qué? -Lo que Martha no sabía era de la profunda confesión que Beckett le había hecho a Rick semanas atrás, cuando abrió su corazón para contarle uno de sus mayores y más dolorosos secretos. El asesinato de sus padres. También le había pedido que no la dejara, cosa que a Castle le pareció un gran avance. ¿Cuándo Beckett había abierto un poco su muralla para dejarse ver tal y como era? ¿Cuándo y con quién? Solo con Castle.

-Por su muralla, al parecer. Beckett se oculta tras una muralla enorme y me ha dejado entrar un poco. Me contó qué sucedió con sus padres y me pidió que no la abandonara. Y no lo haré. Si me quedo en el hospital no es porque haya sido idea mía, sino de ella. Fue ella quien me pidió que me quedara a dormir una noche más, y luego otra, y otra, y la siguiente también. Es ella quien ha estado dando los pequeños pasos -Eso era todo lo que la actriz quería escuchar. Quería las pruebas de que Katherine no estaba jugando con el gran corazón de su hijo, y tan solo esperaba que la manera en la que Richard la mirara fuese la correcta-. Sí, a mí también me molesta que ella no sea lo suficiente clara a veces, o que se oculte de mí. Pero así es ella y solo me queda apoyarla así como tú y Alexis lo han estado haciendo -Martha sonrió y se sentó en uno de los taburetes.

-Espero que ella recupere su confianza pronto y pueda abrirse a ti plenamente, como debe de ser -Castle asintió sonriendo también y se giró de nuevo hacia el refrigerador. Él también tenía la esperanza de que ella pudiera abrirse plenamente con él en un lapso de tiempo no muy largo y poder comenzar juntos un viaje compartido, hacia un objetivo común. La felicidad.

You Are My Last HopeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora