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El sol se filtra a través de la tienda de campaña de poliéster. Es agradable y cálido. Trato de estirar mi cuello alrededor para ver dónde estoy. ¡Aag! ¡¡Que dolor!! Trato de sentarme, pero no me puedo mover. Oh no, estoy paralizada. Ahora, un millón de cosas están pasando por mi mente. ¿No podré volver a caminar de nuevo? Pero me doy cuenta de una cosa. Vaya, solo estoy envuelta en un montón de mantas apretadas.

-¡Axew, ax!- ¿Axew? Miro hacia el lado derecho de la tienda. ¿Cómo no me había dado cuenta antes? Allí está Axew, velando por mí.

-Oh, mi pequeño Axew.- Axew viene hacia mí y acaricia mi mejilla con la suya. Qué feliz me siento ahora con solo tenerle a mi lado.

Escucho unos ruiditos fuera y la puerta de la tienda se abre. El profesor Ciprés asoma la cabeza. Curiosamente, él está radiante. Parece que a alguien sí le ha sentado bien el campamento. Pedazo de profesor irresponsable, que no controla donde están los miembros de su propio campamento.

-Hola Iris, ¿cómo te sientes?- me pregunta.

¿CÓMO ME SIENTO? Dolor, dolor y más dolor. ASÍ ME SIENTO. Puedo oír a Millo hablar en voz baja al profesor desde el exterior, proyectando una gran sombra en la tienda.

-Iris, ¿te gustaría hablar con Millo?-me vuelve a preguntar el profesor sin haber escuchado mi respuesta antes. De todas formas casi no puedo hablar, pero haré un esfuerzo.

Hablar con Millo dice. Por supuesto que quiero hablar con Millo. Me ha salvado la vida. Por mi expresión, pero parezco estar dando a entender al profesor Ciprés que me estoy enfureciendo, así que asiento con la cabeza. Asentir duele.

La cabeza de Millo asoma por la boca de la tienda. A continuación, intenta incorporarse torpemente dentro de ella tratando de no pisarme. Se sienta a mi lado, con las piernas dobladas una sobre otra.

-Iris. Qué bien que estés despierta...Yo...L-Lo siento mucho-me dice con la cabeza gacha. Se está retorciendo las manos. Oh, están vendadas. ¿Cuándo se habrá quemado él también?-Todo fue mi culpa, Iris. Yo debería haberte protegido, pero lo que hice fue horrible.- Sus ojos rompen en llanto, y me lo oculta tapándose con las manos. Este tonto...- No pensé bien antes de actuar y ahora por mi culpa, tú estás...

-Millo...-es todo lo que puedo decir por ahora. Alzo mi brazo y aparto una mano de su rostro. Justo entonces, una lágrima cae de sus pestañas y la recojo. Le dedico una sonrisa.

Me siento mal. Me siento muy mal. No fue su culpa. En todo caso, fue mi culpa. No quiero que él tome la culpa. Todo esto fue un accidente. No fue culpa de nadie. Fue solo un accidente.

Siento como se calientan mis mejillas y las lágrimas formando una piscina en mis ojos. Siento como si tuviera una manzana entera atascada en la garganta.

-Millo- repetí haciendo un esfuerzo.- No ha sido tu culpa. Esto fue un accidente, no es culpa de nadie.

-¡Pero es mi culpa, Iris! ¡Debería haberte aguantado bien! Si fuera más fuerte no habrías caído al fuego...¡Si hubiera sido más inteligente no te habría arrojado al río!

Tomo la mano de Millo y la pongo en su boca, haciéndole callar.

-¡No seas crío Millo! ¡No necesitas ser más fuerte ni más inteligente!- hubo un breve silencio.- Estaba ansiosa por abrazar a Azew de nuevo, y no me di cuenta de tu estado. Soy una estúpida, perdóname. Y lo del río no tenías alternativa. Así que ya está, este tema ha llegado a su fin.

Retiro la mano de Millo de su boca. Él se termina de limpiar las lágrimas. Pocas veces he visto a Millo llorar...

-¿Es muy malo?- pregunto intentando mirar mi cuerpo a través de tanta manta. Como respuesta, recibí una mueca.

Wishfulshipping's storyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora