Llegada al Capitolio

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Dentro, el tren era espacioso. Ingresó antes que el tributo femenino de su distrito. Seguramente se estaba despidiendo de sus familiares o algo. Se sentó en uno de los cómodos sillones, que trató de consumirlo con su suavidad. Ila se quedó de pie a su lado observándolo en silencio.
-¿No te ibas a despedir de nadie? -le preguntó un poco incómoda.
Blink la observó detalladamente. Su cabellera verde se alzaba en un complicado peinado hacia el techo del tren. Andaba unos zapatos de tacón con plataforma, y un vestido corto celeste agua con encaje blanco en las mangas. Cargaba en sus manos una pequeña cartera, la cual sujetaba con ambas manos cerca de sus piernas, las cuales tenía juntas.
-No tengo de quién despedirme que no lo haya hecho ya.
-Nunca habíamos recibido antes a un tributo tan... temprano -dijo ella aún en la misma posición. Se notaba ansiosa, como si no supiera qué hacer en estos casos-. No esperamos a la otra tributo hasta dentro de una hora, así que puedes comer algo, tenemos de todo aquí -volvió a ver hacia una de las mesas cercanas, la cual tenía unos pasteles que podían hacerle la boca agua a cualquiera, después volvió nuevamente la mirada hacia Blink-. ¿Te molesta si me siento? -le preguntó aún sin moverse.
-Para nada -respondió él acomodándose mejor para darle espacio a la joven. Se veía joven, quizás podía ser de su misma edad. Frunció el ceño-. ¿Qué edad tienes? -le preguntó observándola a la cara.
-Dieciocho -le respondió ella-, ¿y vos?
-También...
-Estabas tan cerca de no participar... ¿por qué lo hiciste?
-Debía hacerlo... He estado tratando de ser voluntario desde que se reiniciaron los juegos, pero el distrito tiene reglas...
-Pues felicidades entonces -dijo ella ligeramente tensa.
-¿Vos cuantos años tienes en esto? -le preguntó Blink, inclinándose un poco hacia ella.
-Es mi primero, no dejan a menores de edad ser escoltas.
*Aca hay mucho más dialogo entre Blink e Ila*
-Pero bueno -dijo ella acercándose de nuevo con una tajada de pastel para ella y otra para Blink-, podrías no perder tanto tiempo y hablar con tu mentora de una vez, puede dedicarte más tiempo por ser el único acá por ahora.
-¿Cómo? -preguntó él frunciendo el ceño a la vez que Ila le daba su porción-. ¿Está aquí?
-No, ¿cómo crees? -preguntó ella a su vez riendo-. Se encuentra en el Capitolio -Blink iba a realizar otra pregunta, pero ella lo interrumpió-. Se pueden hablar por holograma. Ya luego la verás en persona cuando llegues al Capitolio.
-Pero, ¿quién es nuestra mentora? En los nuevos juegos el Distrito 1 aún no gana, ¿o es acaso de los juegos antes del Sinsajo?
-La ganadora del año pasado, Yen. Ella será la mentora de los distritos del 1 al 6.
-Del 4, ¿cierto?
-Así és -respondió Ila con una sonrisa-. Voy a comunicarte. Acompáñame al cuarto de conferencias.
Ila se puso de pie y tomó a Blink de la mano, invitándolo a que la siguiese. El cuarto de conferencias estaba a tres vagones del que estaban. *Acá se describe cómo es el cuarto y cómo Ila hace para establecer el contacto con Yen*.
-Listo -dijo ella-, solo dale tiempo a que inicie bien. Se supone que Yen está conectada.
La figura de una joven de pelo rojo y vestido negro comezó a formarse frente a ellos. Al inicio su voz sonaba cortada, pero con los segundos se fue haciendo más clara.
-¿Ahora si me escuchan? -preguntó arrugando la cara- Ugh, odio estos aparatos.
-Ya te oimos, Yen -dijo Ila sonriendo.
Yen suspiró. Le dedicó una leve sonrisa a Blink, aunque podía notársele intimidada.
-Hola -dijo, como dando espacio para que él hablase primero.
Blink la analizaba con la mirada. Le parecía tan delicada, tran frágil. Incluso le parecía que Ila era más fuerte a pesar de lo delgada que era. Se preguntó cómo era posible que ella hubiera ganado los juegos. No tenía pinta de asesina, y luego recordó cómo había sucedido. No pudo evitar que se le escapara una sonrisa imaginando lo fácil que habría sido acabar con ella en combate.
-Hola -saludó Ila con una mano, evitando que Yen continuara-. Él -dijo señalando a Blink con la misma mano con la que la había saludado- es Blink, tributo del Distrito 1 -él inclinó su cabeza a modo de saludo-. Decidimos iniciar con la conferencia con él porque llegó antes que... que todos -terminó riendo ella.
-Blink -repetió ella. Él le sintió un ligero acento a mema-. Yo soy Yen, vencedora del distrito cuatro, es un placer conocerte, te daría ls mano, pero esto nos lo impide -rió mientras señalaba la cámara que la hacía aparecer como un holograma en el tren.
-Mucho gusto -dijo Blink-. Como mentora, ¿cuál es tu labor exactamente?
-Bueno pues... se supone que debo ayudarte a ganar, aunque por supuesto, eso solo depende de ti -hizo una breve pausa-. Debo conseguirte patrocinadores, y aconsejarte en caso de que quieras hablar, aunque bueno, deberías aprovechar, ya que dentro de... -miró reloj- un minuto, mi holograma desaparecerá de tu tren y aparecerá en otro -se encogió de hombros.
Blink se quedó perplejo.
-¿Ya? ¿Tan rápido? No hablamos nada -reclamó volviendo a ver a Ila quien se encogió de hombros confundida-. Dame algunos consejos para ganarme al público al menos -le dijo él antes de que se acabase el tiempo.
-No soy yo la que decide estas cosas, lo siento -admitió ella con una sonrisa de disculpa-. Sonríe siempre, cariño, y saluda a todo el que te volteé a ver o te dirija la palabra. Sé siempre amable con las personas, porque a nadie le gustan los imbéciles. Aprovecha al máximo cuando sea el momento de la entrevista. Sé creativo cuando entres en la arena, no hagas nada estupido... Y si necesitas alguna otra cosa, puedes buscarme cuando lle...
El holograma de Yen se desvaneció antes de acabar la frase. Blink e Ila se quedaron en silencio un momento.
-Lo lamento -dijo ella al cabo de unos segundos-. No se por qué ocurrió esto.
Se notaba apenada. Él la volvió a ver y, después de darle unas palmadas en el hombro, dio media vuelta y se retiró sin decir nada. Ila lo siguió.
-Por lo menos logró decirme algo -dijo Blink mientras caminaba-, supongo que al llegar al Capitolio nos ayudará un poco más.
-Eso espero, pero como es la única mentora para seis distritos comprenderas que le queda difícil.
*Blink e Ila vuelven a uno de los vagones donde hay comida y hablan más*
Blink tomó otro vaso de refresco mientras le ofrecía otra uva a Ila. Ella lo miraba como hipnotizada y tomó la uva. Sonrió.
-Sabes que...
Un guarda entró en el cuarto y la interrumpió:
-Señorita Mayhem, ya traen al otro tributo.
El rostro de Ila se tornó rojo de inmediato, volviendo a ver primero a Blink y luego al guarda. Se pusó de pie rápidamente y siguió al guarda hacia la entrada del tren.
Swiftsight dio un sorbo a la bebida. "Así que ya ha pasado una hora" pensó, "se fue rápido el tiempo."
Ila entró hablando a la habitación unos minutos más tarde. La seguía la joven a quien habían escogido este año. Al verla recordó a Tess. Estaba seguro que la joven era una vergüenza para ella.
-Hola -saludó tímidamente apenas lo vio.
Él asintió con la cabeza para responderle al saludo. No recordaba haberla visto antes, aunque eso era de esperarse pues solía pasar entrenando o en la joyería y rara vez veía a alguien fuera de esos dos ámbitos.
-Él es Blink -lo presentó Ila haciéndole una seña con las manos y abriendo mucho los ojos, dándole a entender que debía de hablarle.
Blink observó primero a Ila divertido, y luego tomó una uva y rápidamente la tiró hacia la cara de la joven trubuto. El fruto la golpeó suavemente justo en la sien izquierda y luego cayó al suelo y rodó bajo el sillón en el que se encontraba sentado.
-¡Auch! -exclamó la joven.
-¡Blink! -exclamó molesta Ila a la vez, frunciendo el ceño y acercándose a él rápidamente-. ¿Qué te su...?
-Debes mejorar esos reflejos si quieres sobrevivir alla afuera -la interrumpió Blink poniéndose de pie. Se acercó a ella y le tendió la mano. A su lado, la joven se veía insignificante, molesta e intimidada-. Blink Swiftsight -se presentó-, y disculpa pero olvidé tu nombre, estaba en otras cuando lo dijeron.
-Diana Barrón -dijo ella estrechándole la mano brevemente.
-Supongo que no querías participar en estos juegos -dijo él devolviéndose a su asiento mientras introducía otra uva en su boca.
-¡Por supuesto que no! ¿Quién querría hacerlo? -casi gritó ella.
Blink sonrió ampliamente y la observó. Se encontraba asustada, y no le extrañaba que en cualquier segunto rompiese en llanto-. Además -tomó un suspiró e intentó relajarse- yo tengo buenos reflejos -dijo con voz temblorosa-. Sólo... ¡Tenía muchas cosas en la cabeza! Y no esperaba que mi compañero tributo me aventara una uva nada más me viera.
-Lo lamento -dijo Blink riendo
-Jodete. Si lo dices riendo no cuenta como disculpa -dijo no pudiendo evitar sonreir al final.
-Nunca te había visto antes, a que te dedicabas?
-Mi mamá es estilista, yo le ayudaba. ¿Y tú?
-Joyería, cerca del centro... Y dime, ¿has entrenado alguna vez?
-Claro. ¿Qué? -preguntó riendo en forma burlona-. ¿Tú no? Por qué si me lanzaste una uva y te burlaste de mis reflejos debes estar confiado.
Blink le guiñó un ojo. Probablemente no quería revelarle que no sabía combatir.
-Sabes como funciona en el distrito, y si fui el voluntario fue por algo. Aunque he de admitir que este año los demás estaban muy rudos tambien. Mira acá -le dijo volteando la cara para que ella pudiera verle la herida que le había hecho Opeh sobre la ceja y el oido-. No es fácil llegar a ser voluntario.
-No. No lo es -le contestó ella secamente-. Pero o eres muy valiente o muy idiota. No me malinterpretes, no tengo miedo de la arena pero sí hay gente a la que odio haber dejado atrás -lo miró con el ceño fruncido-, ¿tú no? ¿No estás arrepentido de haberte tenido que despedir de alguien?
Blink volvió a ver a Ila quien se encontraba apartada, luego negó con la cabeza sonriéndole a ella.
-Mi familia esta muerta, si eso es lo que quieres saber.
Hubo un silencio incómodo. Ila se llevó su mano a sus verdes labios sin saber que decir. Diana se notaba absolutamente incómoda por haber hecho la pregunta.
-Ah... Lo siento mucho -dijo ella al cabo de unos segundos quitando la mirada-. De todas maneras buena suerte en la arena...
-Tambien te deseo suerte, solo espero que no nos toque toparnos en los juegos -le él dijo-. Igual por ahora podemos disfrutar de todo lo que tenemos aca.
Ila no dijo nada, asinitió con la cabeza cuando Blink finalizó y condujo a Diana a otro cuarto. Él se quedó sentado un momento, pensando. *Acá piensa más sobre la vida, los juegos, y sus padres*
El tren llegó al Capitolio ya entrada la tarde. Yen los esperaba con la misma vestimenta que había usado en el holograma. Caminaban rápidamente hacia el departamento que le correspondía al Distrito 1.
-Bueno, ahorita vamos al departamento -dijo la mentora agitadamente pues avanzaba deprisa y se notaba que había tenido un día ocupado-. Disculpen que no pueda atenderlos como se debe, pero hubo un error en la programación y el Distrito 2 llega en 5 minutos... De todas formas... ¿Ila verdad? -preguntó volteándose sin detenerse. Ella asintió en silencio-. Ila puede ayudarles con cualquier cosa que necesiten.
Paró en seco frente a una casa enorme que parecía una mansión. *Acá describen el departamento, les dicen que cada distrito va a tener su propia casa.*
-Y bueno, bienvenidos al Capitolio -dijo Yen con una Sonrisa-. Si me disculpan...
Y sin esperar a que respondieran se marchó. Ila y Blink se volvieron a ver y se rieron.




Terceros Juegos Del Hambre DoradosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora